MúSICA
› Por Santiago Rial Ungaro
“Las mujeres no sirven para ser Djs” decretó un día un “amigo” de Magalí Lago, una de las poquísimas Djs mujeres de la escena junto a Dj Mina, Carla Tintoré, Romina Cohn y alguna otra que debe andar dando vueltas por ahí. Apenas pasaron un par de años de esta frase lapidaria y machista y ahora, en la pista de Bahrein, estoy contagiándome de la energía de la gente que se contorsiona y se deja llevar por el set de Magalí. El sonido potente, bastante oscuro, duro sin dejar de ser femenino del Drum & Bass Potente me trae a la mente lo que alguna vez dijo Osho a sus discípulos: “Cuando el movimiento es extático, entonces es una danza. Cuando el movimiento es tan total que no hay ego, entonces es danza”.
Quizá, a diferencia de lo que decía este polémico gurú, los habitués de + 160 no consideren que bailar sea una meditación sino un simple pasatiempo.
Sea como fuere, deben ser las 4 de la mañana, ya es miércoles, y la gente está ahí, vitoreando a la muchacha de los vinilos, en completa empatía con la VJ, que en simultáneo proyecta imágenes y potencia la experiencia. Desde sus inicios, a mediados de los ’90, el drum & bass siempre fue la oveja negra de la música electrónica: su propuesta, la música “jungle”, es demasiado demandante, casi lo opuesto a la marcial languidez de seguir un bombo en negra, regular, monótono, parejo...
Bailar jungle es más bien como un vudú digital: hay que estar poseído para bailarlo.
“A mí me gusta bailar, aunque reconozco que hace mucho que no salgo. Pero porque mi energía está puesta en esto: a mí pasar música me genera alivio”, acepta Magalí, que bajo su tranquilidad esconde su gusto por la electrónica más volcánica.
“La gente a veces me pregunta: ¿cómo se baila esto? Alguno directamente te tira que no le gusta porque no sabe cómo bailarlo.”
A Magalí le dicen desde siempre “china”, quizá por sus ojos azules ligeramente achinados. Fue otro amigo, amigo esta vez sin comillas, que le puso un día su nombre artístico: “Vos sos Maga Lee, como Bruce Lee”. Y es que hay que tener coraje para animarse a ser Dj siendo mujer, ¡y más pasando drum & bass!.
Maga Lee tiene el doble mérito de haber desoído aquella triste frase peyorativa y de ser la Princesa del Drum & Bass local (cuyo rey sería seguramente Bad Boy Orange).
“No, no me siento la Reina del Drum & Bass, porque estoy todavía aprendiendo: hay cosas que hace muy poco que aprendí. Ahora estoy tranquila, al principio me ponía nerviosa, ahora estoy mejorando mucho. ¡Hasta mi amigo me dijo que estoy pinchando mejor! De Orange aprendí mucho, pero todavía tengo mucho que aprender.”
Todavía se acuerda de la primera vez que escuchó Drum & Bass, a principios del año 2000. “Yo iba a fiestas electrónicas, y bailaba techno, pero la verdad es que un poco me aburría. Y un día escuche a Bad Boy Orange.. fue como enamorarme. Y tuve suerte, porque un amigo (siempre hay un amigo) me regaló unos vinilos de Photek.”
Maga Lee ya tiene su propio club de fans, algo que Internet también facilita .
“La función del Dj es la de hacer bailar a la gente y sé que a mí me convocan porque logro eso”, acepta Maga Lee y enumera otras dos leyes de oro para ser Dj, más importante que cualquier género, raza, o color. “Yo soy melómana. Amo los discos. Y segundo, pase lo que pase económicamente: ¡no hay que vender los discos! ¡Nunca!” Estamos hablando de vinilos, claro.
Igualmente, Maga Lee me comenta que hace rato que no compra discos. “Imaginate mi viejo, que vive en González Catán y que ve que lo único que compré en mi vida fueron vinilos. Me pregunta, casi asustado: ¿para qué te querés comprar más vinilos? ¡si tenés un montón!, se sonríe, con ternura filial.
Ahí está el secreto: basta escucharla hablar sobre el Soulfull, el Jum Up, el Tech Step, el Dark Step, el Hard Step o el Liquid Funk para entender que el drum & bass tiene sus secretos. “El drum & bass no es para cualquiera. Hay gente que flashea y es la primer vez que lo escucha y gente que baila mucho pero al jungla siempre le escapa. Y te digo una cosa: hay gente que disfruta la música sentada.” A pesar de que el 80 por ciento de sus fans son hombres, y de ser una sex symbol del drum & bass, Maga Lee está sola, aunque siempre hace mención a sus “amigos”: “Está bueno estar solo: mejor estar solo que mal acompañado. Pero me gusta estar en Buenos Aires. Varias veces me dijeron, gente de Inglaterra, que tenía que ir a Londres, o Bristol, porque hay mucho drum & bass y no hay mujeres, que me va a ir bien. Yo todavía estoy aprendiendo, aunque más adelante no lo descarto. Igual he escuchado a mujeres Djs extranjeras que les pasan el trapo a la mayoría de los Djs que andan por ahí”.
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