Vie 12.02.2010
las12

ARTE

ANDAR BUSCANDO

Para la artista plástica Nora Iniesta la búsqueda de objetos, de talento o de belleza es una actitud del cuerpo y de la mirada, una preparación constante para el encuentro. Así es como construye sus obras y también como va en busca de nuevos artistas por el interior del país.

› Por Clarisa Ercolano

No cree que al arte se lo pueda delimitar por tamaños, tampoco, que sea un patrimonio exclusivo de las grandes ciudades. Cuando la artista plástica Nora Iniesta desembarca en la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay, se permite la pausa de renovar el aire de sus pulmones y mirar el cielo más de cerca. Cuando la Fundación filantrópica Williams le pidió que los asesorara en materia de artes visuales, no lo dudó, su misión sería buscar artistas, encontrar talentos más allá de Buenos Aires y tratar de resolver necesidades de museos locales que desbordan de ganas pero no de recursos.

Iniesta es una artista itinerante y buscadora; una vez, al hablar de su obra, dijo que ella “se encontraba cosas” y con esas mismas cosas que cruzaban su camino, trabajaba y creaba. Ahora, encuentra a jóvenes dedicados a la pintura, coordina un concurso donde no existen medidas ni limitaciones en cuanto a la presentación y les da la posibilidad de exponer, ganar premios y poder llevar a sus obras y a sus ganas de gira por todo el país.

“En Buenos Aires nos cuesta a veces llegar de un lado al otro, imagínense aquí”, reflexiona ante los habitantes, artistas locales y autoridades que coparon el museo de grabado Artemio Alisio, primer eslabón del Premio Arte Joven que ella coordina. Entre empanadas entrerrianas y vino tinto, cobran fuerza las distintas obras: “Aproximaciones a la felicidad”, de la rosarina Evangelina Cipriano; La Cara Azul (no lleva título pero es lo que más resalta) del neuquino Juan Barletta; “Ser Parte”, una obra donde las pinceladas son tan precisas que “parecen fotos” del rafaelino Diego Dayer y el primer premio; la llama incandescente, roja, en el medio de un fondo turquesa, que impacta por su fuerza y su contraste y que llegó también desde Rafaela, de la mano del artista Nicolás Sara.

La obra de Iniesta, la propia, la que sale de su taller en San Telmo y da la vuelta al mundo. En sus trabajos hay caras de muñecas sonrientes. Las caras que tal vez no permanecían entre sus manos cuando de pequeña, al bañarlas y peinarlas, les borraba por frotarlas con fuerza desmedida. Es que ella quería ser y estar a la par de su hermano varón. “Yo estaba asustada, porque no podía controlar eso y una amiga me había dicho que las muñecas tenían alma y sentían lo que les hacía”, cuenta mientras se acomoda el pelo largo y rojizo por sobre una pashmina que le ataja el frío.

También, cuando era chica, vivió de cerca la obra de Eva Perón. No era de una familia peronista pero recuerda que a muchos de sus vecinos, los chicos y chicas que se criaron con ella, el primer juguete se los había dado Evita. “Ella es eso, el recuerdo de mi infancia y es también la que nos posibilitó a todas nada más ni nada menos que poder votar”, explica cuando se le pregunta sobre esa omnipresencia que tiene la Eva icono dentro de varias de sus obras y que ahora expone en el museo que lleva su nombre, en la localidad de Los Toldos. Eva, que hacía patria en todo momento, en cada lugar al que llegaba.

Iniesta tiene, como diría Benedetti, otra noción de patria, con ese “arraigo tan nómada”. Dice que los días, las cosas suceden, acá o fuera del contexto cotidiano. “El encontrar que no es ‘el buscar’, se da en cualquier sitio, es el ojo que me lleva a ver cosas en una caminata por Florida a las corridas y o en una estación de servicio en viaje, nada es predeterminado, es una actitud y ello sucede de modo impensado.”

Soñar y pensar más allá de las fronteras que dicen dónde empieza, termina o se cae el mapa. Soñar qué haría si por un día fuese ministra de Cultura, aunque aclara que sólo un día es poco: “Intentaría poder lograr mayor presupuesto, mayores recursos, para lo que al Arte y la Cultura se refiere, como primer paso a seguir”. Distribuir, lograr repartos ecuánimes, espacios amplios. Hacer el camino y ampliar el sendero del arte, “que no se mide por tamaño, al que no se puede ni se debe, ponerle un límite”.

Desde el domingo 7 de febrero, Nora Iniesta tiene un espacio en Radio Ciudad (AM 1110) todos los domingos de 21 a 22. Con una figura relevante de la historia del arte como tópico central, cada emisión propone un espacio de encuentro con las artes plásticas y visuales desde la mirada de una artista. Comentarios de libros, Agenda, Arte y Bicentenario y novedades serán las columnas de Buenas Artes.

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