Hollywood ya piensa en sus negocios
El tiempo, lo repetían hasta el cansancio los dueños de cuentas bancarias hipersaludables, es dinero. Y parece que hay pocas personas tan obedientes a las máximas del crecer y multiplicaos de los dólares como los magos y hechiceras de Hollywood, siempre con la intuición despierta para reconocer cuál será la próxima gran historia en la pantalla. El asunto viene a cuento por la que parece ser la carrera del momento entre responsables de la industria cinematográfica. Quien llegue primero, despliegue sus mejores artes de seducción y, claro, ostente la chequera más generosa, se quedará con un primer premio que ya ha demostrado de sobra su efectividad a la hora de llegar a los corazones norteamericanos, al menos mediante la presentación pseudo-cinematográfica de CNN: la historia de Jessica Lynch. Una semana, no más que eso, tardaron las y los ejecutivos de los grandes estudios en convencerse de que lo que el público de Estados Unidos quiere y necesita a la brevedad es consumir por lo menos una hora y media de sus vidas viendo cómo transcurrió la de esta chica desde su infancia en Palestine (alguien debería averiguar cómo un pueblo norteamericano llegó a llamarse así), la pequeña ciudad de los Apalaches, pasando por su adolescencia y el título de Miss Simpatía obtenido a los 16, hasta llegar a los 18, el momento en que, habida cuenta de que con algún dinero tenía que pagar sus estudios de magisterio, decidió enrolarse en el ejército. Necesidad, claro, pero también un poco de simpatía sentía la muchacha de West Virginia hacia la vida militar, por algo, según contó una de sus amigas de infancia, bajo el vestido largo que tanto soñó para el baile de graduación, llevaba borceguíes camuflados. Hasta ahora, la repercusión que en los medios norteamericanos tuvo cualquier imagen o relato asociado a la historia de esta rubiecita de vida wasp que sonríe con la bandera estadounidense de fondo y lleva un gorro dos talles más grande que su cabeza demostró que el personaje es de lo más efectivo. Con un poco de suerte, el estreno podría coincidir con el “Jessica Lynch Day”, que está a punto de ser oficializado por el gobernador de West Virginia.