Expresamos nuestro firme rechazo y desaprobación a la conducta autoritaria y antidemocrática del cura censurador malargüino Jorge Gómez, alias “El Pato”, quien con su comportamiento y sus expresiones justificatorias del abuso sexual nos agravia profundamente y desprecia a las víctimas de tales delitos.

La violenta irrupción de Gómez en un espectáculo artístico, en el Festival del Chivo, en Malargüe, al sur de nuestra provincia de Mendoza, constituye una acción de censura deliberada que vulnera nuestros legítimos derechos constitucionales, arrogándose facultades que no posee y que no cabe tolerar en un estado de derecho, en pleno siglo XXI. El Pato Gómez, al invocar “su castidad” en el escenario, pretendió groseramente equiparar un espectáculo artístico a una presunta e incomprensible “violación de la fe”, tratando de convertir su perturbación personal en un agravio colectivo, lo cual, además de falso, es inaceptable por su grado de autoritarismo e intolerancia.

Gómez sostuvo que “violar la fe es diez mil veces peor que violar a una hija”, lo que da cuenta de una peligrosa y retorcida escala de valores, apologética del delito, que no distingue entre el horror de la vejación sexual perpetrada contra la integridad física, psicológica y moral de una persona indefensa, y el desagrado que pudo haberle causado a Gómez un espectáculo humorístico.

Las prácticas de Jorge Gómez, propias de la Inquisición medieval y aplicadas durante las dictaduras genocidas en nuestro país, son un síntoma más de la lamentable situación que se vive en nuestro sur provincial, donde pequeños grupos pertenecientes al fundamentalismo religioso más reaccionario y oscurantista atentan contra la plena vigencia de la democracia.

En este sentido, cabe recordar diferentes episodios que no han tenido suficiente repercusión mediática, que se producen desde hace tiempo como consecuencia del accionar de estos sectores integristas como el del párroco malargüino Ramiro Sáenz, quien negó los treinta mil desaparecidos, levantó una campaña contra la prevención del sida, censuró la proyección de la película Angeles y demonios y vetó la visita de artistas populares como Víctor Heredia y León Gieco, entre otros atropellos.

Es por esto que consideramos fundamental que la jerarquía eclesiástica tome una clara posición pública de repudio, y que aplique las sanciones pertinentes que corresponden ante tan aberrantes hechos, siendo insuficiente, como única medida, aconsejarle a Gómez que deje de hablar con la prensa.

Del mismo modo creemos importante desarrollar en el seno de nuestra sociedad una reflexión profunda, que nos ayude a tomar conciencia sobre este tipo de abusos e injerencias, que asestan un duro golpe a la consolidación de nuestra convivencia democrática.

* Juventud Carta Abierta Mendoza, Asociación Madres de Plaza de Mayo Mendoza, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de San Rafael, Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza, Asociación Ex Presas y Presos Políticos Mendoza, Casa por la Memoria y la Cultura Popular, y otras agrupaciones y personalidades provinciales. (Las firmas siguen.)