MúSICA
En charla exclusiva con Las12, la cantante brasileña Fernanda Takai presenta su homenaje a Nara Leao, pilar de la Música Popular Brasileña, repasa sus 18 años en la banda carioca Pato Fu y relata sus experiencias como cronista de diario.
› Por Guadalupe Treibel
Cuando a finales de la década del ’50, Nara Leao se adueñó del micrófono, la apuesta no sólo le valió el mote de “musa de la bossa nova”; en colaboración con amigos y compañeros de la talla de Tom Jobim, Chico Buarque o Toquinho, se convirtió en una de las intérpretes fundamentales de las raíces nacientes de la Música Popular Brasileña (MPB). “Si ella no hubiera existido, toda una línea de artistas con voces delicadas, en la que me incluyo, no hubiera tenido chance en Brasil hoy. Además, sabía elegir repertorio como nadie...”, define la cantante Fernanda Takai, líder de la original banda carioca Pato Fu, sobre la mujer que grabase 23 álbumes y falleciera jovencísima, con apenas 47 años, en 1989.
“Hay grandes cantantes en mi país pero, como Nara murió tan joven, quise contar una parte de su historia musical”, explica Takai sobre la génesis de la (exitosa) intentona. La curva ascendente se mantuvo y el cancionero siguió girando, mutó en formato alive y se volvió Luz Negra, CD y DVD en vivo, que –ahora– Takai acerca a Argentina, con algunas licencias: además de temas popularizados por Leao, el LP de Fernanda incluye versiones de Eurythmics y Duran Duran.
Vale aclarar que previo (y en simultáneo) a su carrera solista, la muchacha se forjó un nombre propio gracias a Pato Fu, grupo ¿indefinible? que se pasea entre el rock-pop y otras tintas musicales desde hace dos décadas.
Inquieta, estudió y fundó una exitosa empresa de comunicación visual y, sí, la dejó por la canción: “Un día hablé con mis padres y les dije que me alejaría de la agencia por seis meses, para ver hasta dónde llegaba con la música. Desde entonces, la música nunca me dejó”. Mal no le fue: en 2001, Time Magazine nombró a Pato Fu una de las 10 bandas más interesantes del mundo y, juntos, ya han rotado por Japón, Portugal, Inglaterra y Estados Unidos, con diez discos bajo el brazo y aplausos a lo largo y ancho del globo.
–La estética sonora de los juguetes es imperfecta, un poco extraña, muy simpática. Ese elemento mágico, inesperado, nos sirvió para recuperar la inocencia de los orígenes. Con el tiempo, todos nos volvemos más aburridos, buscamos la perfección o tenemos menos paciencia con los nuevos conceptos. Este disco apunta a la sensibilidad de la gente. Es parte de nuestra esencia inyectar algo de ruido e historias diferentes a los álbumes que lanzamos.
–Creo que John y yo encontramos una fórmula muy productiva, leve y bien humorada de vivir, tanto en la rutina de casa como en la calle. Reconocemos la importancia del otro; nos ayudamos mucho. Tenemos muchos objetivos juntos e intentamos realizarlos de la manera más tranquila posible.
–Sí, Nina. Tiene 7 años y cantó en el último disco con dos amigos de la escuela. ¡Se divirtieron muchísimo!
–Como es un poco difícil explicar qué tipo de música hacemos, los más curiosos acaban viniendo a vernos. También hay brasileños nostálgicos que viven en otros países, extrañan su lugar de origen y asisten pero, afortunadamente, tenemos público local, importante para multiplicar el alcance. La realidad es que es siempre un volver a empezar que nos recuerda nuestros primeros pasos en Brasil.
–¡Sí! En un comic, él le decía al cartero que luchaba estilo Gato Fu, el Kung Fu de gato, y cambiamos “gato” por “pato” porque somos más de esa tendencia. El nombre nos pareció bien porque éramos un trío electrónico y había una referencia hacia Oriente. Además, es un nombre que no da muchas pistas sobre el tipo de sonido que viene detrás.
–Sí, tengo una columna semanal desde hace 6 años. Siempre textos inéditos sobre temas familiares, historias de artistas que admiro, recuerdos de infancia, textos de ficción a partir de alguna imagen cotidiana. Todo muy en serio, aunque con sentido del humor, desde el punto de vista de artista, ama de casa, madre, hija y ciudadana. Solo lo hago porque los editores no me despiden y parece que a los lectores les gusta... Pero todavía me da un poco de vergüenza presentarme como escritora.
–No sufrí intolerancia como lo han hecho otras mujeres en áreas como la religión, la sexualidad, el empleo, las relaciones. Pero sé que la intolerancia existe y me gustaría que la gente viviese en un mundo más seguro para cualquier forma de expresión. Cada ser es único y debe ser respetado en sus potencialidades y límites. Somos capaces de mucho más de lo que los rótulos nos imponen.
Fernanda Takai presenta Luz Negra el jueves 28 de abril a las 21 hs. en La Trastienda Club, Balcarce 460. Localidades desde $ 70.
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