PASOS PERDIDOS...
› Por M. D. Giménez Zapiola*
La discriminación contra las mujeres no es una actitud aislada: es parte constitutiva de nuestra cultura, se manifiesta en todos los espacios sociales (familia, trabajo, medios de comunicación, etc.) y es frecuentemente percibida como “natural”. Por eso, una política de eliminación de la discriminación y la violencia que ella provoca debe promover profundos cambios culturales.
Toda la dinámica social contribuye a sostener la discriminación de las mujeres, sin embargo, la educación y la salud son áreas destacadas en este tema; ellas conservan modelos y por sobre todo tienen potencial para cambiarlos, en ellas está legitimada la transmisión de esos modelos y la intervención sobre los cuerpos de las personas, respectivamente.
Muchos de los estereotipos que se repetirán a lo largo de la vida se naturalizan en las escuelas. Los mandatos patriarcales que asignan a las mujeres el rol excluyente de madre, negando a veces el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, toman máxima expresión en ámbitos del sistema de salud.
Desde 2003 la creación del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (Pnssypr) garantiza el derecho a decidir libre y responsablemente el número de embarazos, el intervalo entre ellos y el derecho a una vida sexual gratificante sin coerción. Desde 2006 los y las docentes tienen la responsabilidad, y la oportunidad, de promover saberes para la toma de decisiones conscientes y críticas sobre el cuidado del propio cuerpo, las relaciones interpersonales y el ejercicio de la sexualidad en un marco de derecho.
Sin embargo, los cambios culturales requieren mucho más que leyes: requieren la modificación efectiva de conductas grupales e individuales. Estos cambios necesitan de una gestión pública comprometida, con involucramiento real del Estado y de sus agentes privilegiados: docentes y agentes de salud. Es necesario sensibilizar, concientizar, capacitar y acompañar a estas personas para alcanzar, en lo concreto, los cambios que buscamos.
Desde el Municipio de Quilmes articulamos acciones junto al Programa Nacional de Educación Sexual Integral para colaborar con la capacitación en todos los niveles del sistema educativo, con la distribución de los materiales elaborados por el Ministerio y para acompañar desde lo local a docentes y familias en este camino que, inevitablemente, comienza por la reflexión de las personas sobre sus propios prejuicios.
Así, en breve, comenzarán a funcionar consejerías en distintas unidades sanitarias del distrito, donde podrán acudir l@s jóvenes, l@s docentes y quienes lo necesiten.
* Directora de Equidad de Género y Promoción de Derechos. Subsecretaría de Equidad de Género e Igualdad de Trato y Oportunidades de la Municipalidad de Quilmes.
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