DIEZ PREGUNTAS > A ANA ZELIZ*
› Por Clarisa Ercolano
–De un grupo de compañeras y compañeros que consideramos que el peronismo tenía debates pendientes, uno de ellos era el tema género. Quisimos hacer algo que plasmara esta construcción realizada en forma colectiva. El Instituto de Altos Estudios Juan Perón apoyó esta idea y así surgió Género y Peronismo. El peronismo habiendo realizado acciones claras legales, institucionales y políticas para incluir a las mujeres como sujetos políticos y sociales, no lo expresaba en el discurso. Por eso consideramos que era necesario plantear el debate sobre el tema, no fue fácil porque como dice una compañera, el peronismo en las cuestiones de la mujer (o de género) fue especialmente chúcaro y poco flexible para aceptar la introducción del pensamiento feminista.
–Sí. En general, los partidos políticos tienen un área, grupo, que trata estos temas, y los movimientos sociales aún más, porque son muchas las mujeres que participan en ellos; sin embargo, creo que pensar el tema género no queda acotado a temas relacionados con los derechos de las mujeres. Género hace referencia a lo femenino y lo masculino, en ese sentido estoy segura de que los avances de las mujeres han tenido repercusión en los varones y es necesario revisar muchas creencias y prejuicios acerca de la masculinidad. Debido a esto me parece muy importante educar en el tema a niñas y niños, desde la escuela para que no se repitan los modelos de masculinidad y feminidad estereotipados y puedan desarrollarse relaciones más justas y equitativas.
–Creo que se avanzó mucho. Que tener una presidenta como Cristina, y que haya mujeres a cargo de ministerios, tradicionalmente dirigidos por varones, como lo fue en Defensa Nilda Garré, ahora en Seguridad; en Industria, Débora Giorgi; en la Presidencia del Central, Marcó del Pont, es una muestra de que la sociedad ha cambiado. Sin embargo, hay datos que muestran el machismo y la resistencia del patriarcado, un triste ejemplo de esto es la violencia de género y esta cadena de femicidios, de mujeres quemadas vivas con la impunidad de sus agresores, maridos, parejas, novios... La nueva ley de violencia es excelente, muchas veces percibimos que la Justicia no está a la altura de la misma. Se avanzó, pero queda mucho por hacer.
4) Hay dos presidentas en el Cono Sur y también estuvo Bachelet en Chile. ¿Qué expectativas te genera esa situación?
–Muchas. Que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, haya elegido nuestro país como primera visita me parece un signo muy auspicioso. A la vez la actitud de CFK, su predisposición para acordar entre ambos países problemáticas y temas de género resulta muy alentadora. La reunión fue muy fructífera porque uno de los principales acuerdos firmados fue el de propiciar en los dos países más importantes de la región el compromiso por generar acciones conjuntas tendientes a la equidad de género. Por otro lado, Bachelet acaba de asumir la conducción de ONU Mujeres, lo que dará al tema en la región una relevancia, que seguramente se traducirá en mejoras en las vidas de las mujeres.
–El peronismo es un partido integrador en esencia, es inclusivo desde su origen, desde su gestación ha dado lugar a quienes no lo tenían: los trabajadores, los cabecitas negras, y también las mujeres. Sin embargo, no fue fácil, el peronismo fue resistente al pensamiento feminista, el discurso de Eva inducía a las mujeres a participar, pero a la vez las ponía en el lugar de guardianas del hogar (creo que hay que tener en cuenta el contexto histórico). También las instó a salir de sus casas, a censar, a armar el Partido Peronista Femenino, y luego a votar. Fue muy difícil y lo sigue siendo, compartir los lugares de decisión. Por eso fue necesaria una medida de discriminación positiva, como la ley de cupo ’94. Un desafío pendiente es que se ponga en práctica en el ámbito sindical. Un espacio particularmente difícil. Si no, veamos cuántas mujeres a cargo de sindicatos hay.
–Creo en líneas generales que se están haciendo muchas cosas, pero es imprescindible que el tema tenga peso real y no se quede en lo políticamente correcto. Esto quiere decir asignación de presupuesto, porque está muy bien que se abran mecanismos de las mujeres en cada ministerio, en la cancillería, y en ámbitos provinciales, pero sin presupuesto no se pueden actuar. También es muy buena la ley de erradicación de la violencia 26.485, pero si no hay presupuesto para estas áreas quedan como espacios vacíos que no pueden dar respuestas a las necesidades de las mujeres.
–Evita recoge las banderas que muchas otras mujeres levantaron antes, me refiero a las anarquistas de principios de SXIX, a las feministas (que organizaron el I Congreso Femenino Internacional en 1910) Julieta Lantieri, Elvira Rawson, a las sufragistas, A. M. de Justo... Pero es Evita quien plasmó en hechos concretos todas sus demandas. Y cuando lo hizo, muchas de estas mujeres se pusieron en su contra, creo que esta es una dificultad con la que lidiamos aún hoy.
–Sí, por supuesto. La historia es una construcción social y cultural. La nuestra es una historia escrita por varones y para varones, las mujeres aparecen en forma anecdótica o como “telón de fondo”, sin embargo las mujeres siempre se las ingeniaron para participar, si no era por la vía formal, lo era por la informal. El revisar la historia poniendo el foco en las mujeres nos muestra cantidad de heroínas anónimas y de las otras. Por suerte este relato de “la historia” está siendo revisado, un ejemplo de esto es la cantidad de libros que ponen sus miradas en las mujeres. Cuando yo hice mi tesis sobre mujeres piqueteras, no había un solo texto que hablara de ellas como protagonistas, ahora hay muchos. Si tuviera que recomendar un texto: Mujeres en la Sociedad Argentina, de Dora Barrancos.
–Pienso que los hechos hay que analizarlos en el contexto histórico que corresponde y quienes afirman esto no lo hacen. Existen varias versiones acerca de la Marcha Peronista, pero hay cierto acuerdo en que aparece, por lo menos en su versión más conocida (Interpretada por H. del Carril) en el año 49 en un disco simple de pasta, del otro lado tenía la marcha de las mujeres “Evita Capitana”.
–Es que no se puede obviar que las mujeres aún ni siquiera votaban, ya que lo hicieron por primera vez en el año 51...
* Licenciada en Sociología, experta en violencia de género y directora de la revista Género y Peronismo. Para solicitar la revista, que es de entrega gratuita: [email protected]
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