EL MEGáFONO)))
› Por Gabriela Alegre *
La guardia de pediatría del Centro de Salud y Acción Comunitaria Nº 3, ubicado en Lugano I y II, no funciona los viernes ni durante los fines de semana. Esto es grave si tenemos en cuenta que la población del barrio asciende a más de veintidós mil personas y que forma parte de la comuna ocho, en donde no existen hospitales a menos de cuarenta cuadras.
Por otro lado, la comuna se caracteriza por ser una de las de mayor natalidad de la Ciudad de Buenos Aires y la que tiene la más alta utilización del sistema público de salud. Por otra parte, es también en la que se registra la mayor cantidad de muertes infantiles. El centro de salud es de vital importancia para la gente del barrio y de la villa 20, de donde proviene la mayoría de los pacientes.
Sin embargo, entre otras tantas falencias, la guardia de pediatría del centro de salud permanece cerrada los viernes y durante los fines de semana. El problema sería de fácil resolución. Pero el Gobierno de la Ciudad no toma, por ahora, ninguna medida e incumple con el derecho a la salud de los niños y niñas de Lugano de condiciones muy humildes, con lo que rompe con el derecho al acceso a la salud en condiciones igualitarias para toda la población.
Esta omisión estatal refuerza otra gran desigualdad: la de género. Las mujeres son las principales responsables de las tareas de cuidado al interior de las familias: las madres, tías, abuelas o hermanas mayores, de escasos recursos, son quienes tienen la responsabilidad del cuidado y, en el mejor de los casos, la única posibilidad que tienen es trasladarse hasta la guardia del Hospital Santojanni en algún medio de transporte, muchas veces a altas horas de la noche y con el frío del invierno.
La discriminación que genera la falta de funcionamiento de la guardia pediátrica en el Cesac Nº 3 es doble: por condición económica y por género. La omisión del Estado local no sólo afecta de manera directa la salud de los niños y niñas humildes de la zona, sino que dificulta y empeora las condiciones de vida de las mujeres, en tanto ellas son las únicas que cargan con el cuidado familiar y eso les genera largos recorridos, pérdida de horas laborales, esfuerzo físico extra y recursos económicos para afrontar los viajes. Y esto también podría verse como una afectación de su salud.
Mientras tanto, el Hospital de Lugano, promocionado por la gestión del Gobierno de la Ciudad, sigue siendo para todos los habitantes del barrio una promesa: tampoco tiene servicio de guardia y cierra todos los días a las cinco de la tarde. Por eso, preocupa la falta de sensibilidad del Ministerio de Salud de la Ciudad, que no tiene predisposición a subsanar este déficit ni destinar algunos de los pediatras del Hospital Santojanni a la atención en Lugano.
Mientras que el gobierno de (Mauricio) Macri ha privilegiado negocios millonarios para sus amigos y socios de siempre en obras y licitaciones, el acceso a la salud como un derecho de todas y todos y las desigualdades entre el norte y el sur, están lejos de haber sido resueltos.
* Diputada de la Ciudad de Buenos Aires por el Frente para la Victoria.
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