Culos, tetas, baile del caño, corte de pollerita y participantes que deben seducir –inevitablemente– al conductor y dueño del programa, Marcelo Tinelli, es lo que nos ofrece el programa de Canal 13 Showmatch. En 2011, a esta propuesta repetida le sumó la felicidad de incorporar al ex boxeador Mike Tyson, condenado por la violación de Desiree Washington, una chica de 18 años. La violencia simbólica tiene, en los medios de comunicación, un lugar destacado y en Tinelli su principal paladín. Para él somos, claramente, objetos sexuales.

Estas expresiones, promociones y actitudes, este modo de atravesar a golpes la pantalla, es lo que nos motivó, el 25 de noviembre –Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres– a realizar una denuncia en todo el país contra este programa por la violencia simbólica, que está incluida en la ley para prevenir y erradicar la violencia de género.

Esta es una de las formas de la violencia de género, que instala y naturaliza los roles de sumisión y desigualdad de las mujeres con respecto a los varones, abonando un camino que llega a su máxima expresión en los femicidios que, según datos de organizaciones no gubernamentales, han provocado –en el 2010– una mujer muerta cada 36 horas y, en lo que va del 2011, un crimen cada 28 horas.

Por esa razón, presentamos en la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca, el organismo creado por la nueva ley de medios) y en distintas Defensorías del Pueblo una denuncia contra Marcelo Tinelli e Ideas del Sur por la violación de la Ley 26.485 De Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales.

En la normativa actual, la violencia simbólica es descripta como un tipo de violencia en la que “a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, iconos o signos se transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad”. Marcelo y su show –que así no debe continuar– tampoco respetan la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, que plantea la necesidad de “promover la protección y salvaguarda de la igualdad entre hombres y mujeres y el tratamiento plural, igualitario y no estereotipado evitando toda discriminación por género u orientación sexual” y en su artículo 71 especifica que los medios no pueden vulnerar la nueva legislación contra la violencia de género.

No es sólo una pantalla, ya que la violación a estas leyes promueve seguir encontrando en la sociedad opiniones que justifican la violencia hacia las mujeres o que, ante un caso de violación, sigue preguntando si la víctima provocó a su victimario. Ante esta situación, nosotras decidimos visibilizar y denunciar este maltrato, promover una comunicación no sexista y proponerles a los televidentes que no consuman violencia mediática y cambien de canal.

* Integrante del Colectiva de Mujeres Las Juanas, de Rosario, y del Movimiento Libres del Sur.