MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
Dueño de un estilo netamente ornamental y barroco, cimentado en el reciclaje, con el que fundó la marca “Bungalow Room” que se exhibe en un showroom de Villa Crespo –situado en las calles Velazco y Malabia–, pero también en la tienda americana “Opening Ceremony” y ferias de diseño indie de Tokio, el diseñador Gerardo Dubois representa uno de los últimos nuevos nombres de la escena de la moda local.
Su CV admite estudios en la Universidad de Palermo, el paso por firmas de moda masculina del lado de la industria, como diseñador de producto, la participación en el festival Buen Día circa 2006, el fichaje entre la troupe de artistas de la galería trash “Appetite”, el debut en los percheros de la tienda “Dam” y el paso por la firma “Ropa Doceñada”.
Desde una colección celebratoria del Rey Momo organizado por la revista Lunfarda durante marzo de 2011 en la vereda de la peluquería Roho y con extrañas representaciones de personajes mitológicos aludiendo a divas del carnaval, remixes de parafernalia sado en cuero y metales bordados (que modeló el artista Ariel La Vogue) a la reciente participación en el ciclo de moda Sr Amor, donde el discurso de diseño se rigió por el uso de texturas orgánicas remixadas con pailletes, el abuso de estridencias cromáticas y la premisa de ignorar los percheros con prendas lisas. Allí su representación del neo glam tropical y porteño aludió a una realeza de procedencia incierta pero con raíces latinoamericanas. Argumentó por entonces: “Pensé en la coronación de un embajador de lujo reciclado, con referentes como Evo Morales con matices chamánicos, citas a Oriente y la exaltación de la desnudez. En el medio, la figura del cowboy y rescates del porno de los ’70, valiéndome de un boxer realizado con un corpiño, los breteles hicieron de ligas”. Y del que destacó como gran desafío su representación de la figura femenina con un atuendo de novia remixada con una virgen y una estrella de cine vestida en dorado que lució la supermodelo Luciana Marinissen.
Dice ahora Dubois, cuya ideología de moda denota influencias del estilo de Sergio de Loof en sus rescates de moda povera y provocadora aunque resignificado y traspolado a 2010, acerca del manual de estilo Bandoleiro para el verano 2012, ya en la ciudad, la playa o la montaña: “Es verano, y en Bandoleiro proponemos achicar el módulo, que el short, cuanto más corto, más furioso, que las texturas y los colores sean de alto impacto y que admitan escudos, aplicaciones y avíos vintage. Es posible que en la ciudad un chico Bandoleiro no deje su camisa cuello blanco de lado, pero seguramente lo combinará con una bermuda boxeadora de punto con elástico ancho. Le agregará un cap customizado, zapatillas (a las que califica de “altas llantas” que resumen un estilo neowachiturro arty). Y para las chicas propongo jardineros estampados de tapicería para usar arriba de la bikini o la enteriza. La tipología mono se viene imponiendo y yo la abordo en su versión más ochentera y girlie, pensando en una mujer fresca, cero vamp. Además propongo el remerón minivestido unisex con flecos en todas sus versiones, con sustracciones nude. Irrumpen también dos piezas, el short con chaleco y pañuelos de seda o siré conflecos, muy Santa Teresita”.
Agrega además Dubois sobre el fetichismo explícito en sus realizaciones: “Hay una búsqueda y un método para transformar texturas y colores, el uso de pequeño fetiches, de ropa interior, de accesorios dorados y trofeos de deportes. Se impone destacar que muchas de sus campañas y colecciones son fotografiadas y estilizadas junto al fotógrafo Gustavo Di Mario. Me gusta enfatizar que no todo lo que brilla es oro, de ahí el uso de accesorios en dorado para encandilar con mi blink blink”.
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