Esta misma noche la jaula volverá a abrirse. Lidia Borda, Rita Cortese, Teresa Parodi, Carolina Peleritti y Dolores Solá retomaron la juntada. Llevan consigo sus voces, sus improntas y sus caminos recorridos. Quieren escucharse y detenerse a saborear las canciones que las emocionan. Los primeros cuatro viernes de marzo, La jaula abierta se presentará en el Teatro Sha, con invitados e invitadas de estirpe. Hoy, las voces de Liliana Herrero, Fernando Noy –con un combo de poemas– y la coplera Laura Peralta se asomarán a compartir el primer encuentro del año. Luego serán de la partida Jaime Torres, Juan Falú y Ana Prada.

Pero, ¿pueden convivir cinco mujeres juntas en el escenario? Teresa Parodi responde: “La palabra mágica es compartir. Nosotras subimos al escenario a disfrutar unas de las otras y de la música en sí, que es la gran protagonista. La pasión por la música. Desaparece la competencia, el individualismo, y eso se nota. Incursionamos en otras formas musicales, aun en las que no tenemos por costumbre hacer en los conciertos. Conversamos con canciones.” Lidia Borda agrega: “Hay una necesidad de no estar atada rígidamente a un solo género. Hay una latente y creciente necesidad expresiva que compartimos. Yo me encuentro en lo que hace Rita, en lo que hace Teresa... En lo que hace cada una me busco a mí”. Placer y trabajo compartido, he ahí el secreto de la convivencia.

“Desde que empezamos con La jaula..., cada una escuchó a la otra con amor –se suma Dolores Solá–. Acá estamos como más desnudas. Decimos ‘quiero probar esto, o me acuerdo de ese tema que canturreaba con la guitarra y siempre quise cantar’ y lo hacemos. Hay algo de una frescura, de un permiso y libertad impresionantes.” Rita Cortese necesita cerrar la frase: “¿Sabés qué pasa? Que no tenemos nada que ganar ni que perder, entonces nos damos permiso. Tenemos la posibilidad de perdernos”.

Rita es algo así como la anfitriona de La jaula abierta. “Fueron dos almuerzos, uno en Café Rivas y otro en la casa de Lidia, que cocinó, y después de algunos pocos ensayos nos tiramos al agua. Los únicos que no improvisan son los músicos.”

Esos encuentros que habían sido pensados para un mes resultaron un fenómeno que semana a semana colmaba la capacidad de la sala. “Nosotras seguimos vinculadas y el espacio nos vinculó más”, detalla Peleritti y subraya su rol actual de cantora. “La música siempre formó parte de mi vida. Empecé a descubrir una voz. Y La jaula... es como una familia que se armó, una pertenencia musical que me da la posibilidad de salir a cantar contenida, acompañada por estas mujeres. Hay algo natural que sale y si una le dedica tiempo, espacio y energía, sucede. Nos sostenemos desde el mejor lugar, con permiso para volar. Y tenemos en Rita a una presentadora de lujo”, resume Peleritti. “Hasta que de atrás me dicen ‘¡Callate Rita!’” (risas). “En la jaula respondimos a un llamado para cuidarnos, querer a la otra, entregarnos, disolver los temores. Pareciera que nos resulta más fácil cantar con la presencia de las demás”, puntualiza Dolores Solá.

Hay un poema que Rita encontró mientras pensaba el espectáculo. Es eso lo que suele hacer cuando se larga a trabajar en un proyecto: buscar lecturas, libros, diccionarios. Así encontró “La jaula abierta”, de Henri Michaux, del que surgió no solo el nombre sino la idea de lo que quieren entregar cada noche que se juntan: “Bella es la vida como una jaula abierta y bello es el pájaro que inmigra afuera de nuestra jaula de huesos, bellas las palabras que se echaron al vuelo, bellos los poemas que has escrito cantando”.

Las cinco cantoras se quieren y se quieren escuchar cantar. Por eso se eligen. Hay en ellas un ansia. Parecería que esta jaula ya no se cierra.

La jaula abierta, a las 22, en el Teatro Sha, Sarmiento 2255. Viernes 2: Liliana Herrero. Viernes 9: Jaime Torres. Viernes 16: Juan Falú. Viernes 23: Ana Prada.