Por un lado un caso de nuevos modismos en denim: en el transcurso del concurso Santana Textiles del que participaron doce finalistas, Nicole Tarrab, estudiante de Diseño de la UP, fue premiada por un vestido negro en denim con silueta shift y una cartera-sobre a modo de accesorio. Dijo Nicole acerca de su shift reformulado y con influencias de las esculturas del inglés Lynn Chadwick que la modelo llevó a la pasarela de Bafweek con un maquillaje rico en geometrías y un par de plataformas realizadas con mocasines tomados del placard de su abuelo: “Suelo encontrar mi inspiración en elementos geométricos, arquitectónicos, por eso cuando vi la obra de Chadwick quedé encantada y en cuanto me enteré del concurso supe que ésa iba a ser mi inspiración. Su obra es contundente pero sutil y eso es lo que traté de imprimirle al diseño. El denim simboliza para mí lo cotidiano, ya que cumple muchas funciones en mi guardarropas y siempre está presente a la hora de diseñar. Considero que mi diseño fue una resignificación de una tipología básica del denim. Construí una silueta en la que aún se puedan seguir leyendo los orígenes del textil pero que también les diera una vuelta de tuerca a las típicas prendas de denim”.

Acerca de las influencias familiares destacó Nicole: “Considero que mi familia fue una fuerte influencia para mi inclinación por el diseño. Siempre digo que mi abuela tenía arte en las manos, me tejía y pintaba a mano los vestidos cuando era chica, por otro lado los museos y exposiciones de arte eran un destino obligado en las salidas con mi mamá, y por último mi tía (la diseñadora industrial Diana Cabeza) siempre está atenta a mis inquietudes y es un gran referente para mí a la hora de diseñar”.

Graduada en la UBA y en la cátedra Fiorini, la colección de Noelia Miguenz que participó de Semillero Bafweek respondió al nombre de “Mimbrada” y propuso nuevos modos de uso alrededor de la cestería. Como dijo la diseñadora: “Las prendas reflejan mi tesis de graduación, allí tomé el oficio de la cestería para revalorizarlo y me remito a texturas del mimbre, el cáñamo y la rafia”. Su colección tuvo claros guiños a lo utilitario y al diseño industrial implícito en obras de los pueblos del norte argentino. De una mesa revistero a abrigos contenedores, collares, las pecheras o péplums de cestos que recuerdan a mazamorreras o vendedoras de chipa siglo XXI. Agregó Noelia acerca de los ejes implícitos en su colección: “Se divide en una línea urbana y otra más emparentada con la sastrería. Las situaciones de uso remiten a mujeres que quieren consumir diseños de vanguardia y que en sus placares priorizan lo artesanal antes que lo industrial. La intención fue partir desde el canasto en sí, y el desarrollo de la técnica de cestería, hasta lograr una síntesis de la silueta, los tonos crudos –del manteca al beige– y el material”.

Ambas diseñadoras ahondaron en los nuevos pasos, post-pasarelas y postconcursos. Así, días antes de viajar a la planta procesadora de la firma situada en el Chaco y con la decisión de invertir el metálico incluido en el primer premio (siete mil pesos), Nicole afirmó: “Imagino realizar una colección a partir de mi diseño; las prendas complementarias serían otros vestidos, faldas, tops, todos con la impronta del manejo de lo geométrico y del volumen no convencional. Mientras que Miguenz, quien probablemente participará de la nueva edición de Mica señala: “Desde mi marca, Aymarà, voy a focalizar en la recuperación de la identidad nacional, la revalorización de los oficios, de modo tal que en cada nueva colección se van a sumar distintos oficios al sistema de indumentaria”.