MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
El sótano elegante de la galería de arte Peña cobijó un miércoles de abril el lanzamiento de una nueva tienda online llamada Mes & Sage. La invitación, una tarjeta negra en formato XXL, sugería “Vení a vivir la primera experiencia de moda virtual en Latinoamérica, esperá 24 horas y sacá tus conclusiones”. Quienes asistieron fueron agasajados con un desayuno y una sesión de moda online, mediante el uso de tablets; los tazones de café que simulaban cuencos, iluminados por las luces que iban de rojo carmín a amarillo, tenían su correlato en conversaciones con la mirada fija en las tabletas-pantallas para acceder al carrito virtual y sí, elegirse una prenda de la colección a precios democráticos. Mientras, irrumpió un desfile con varios de los atavíos de la colección debut, bautizada Love is the New Black.
Allí imperó la silueta ceñida y longilínea, traducida a básicos que continúan las prédicas de derivados de la cultura rock –de remeras a accesorios con tachas y calaveras–, pero también camisas blancas, jeans cruza con leggins (que en la jerga se denominan jeggings), y la exaltación de los shorts para noche y de las camperas bomber con efectos matelasseados. También, los buzos con remixes de algodón y estampas en variaciones del animal print. En el desfile, que tuvo el ritmo de la virtualidad, predominó el estilismo de sombreros stetson sobre pelo largo y húmedo por efectos cosméticos plus ojos delineados casi tanto como los de Robert Smith, y a modo de anticipo de clases referidas a cómo maquillarse antes de asistir al recital de The Cure para las nuevas generaciones.
Luego de la presentación que culminó con las modelos de espaldas al público y mirando el logo con forma de sobre para cartas, las dueñas de la tienda en cuestión, Stephanie Szabo y Carolina Vitovich, sentenciaron acerca de la denominación de su flamante proyecto: “Mes alude al período y al concepto de Fast Fashion –moda rápida–, y Sage, a la sabiduría propia para generar un estilo único. Trabajamos mucho tiempo en el armado de la tienda y según lo que analizamos en viajes y como cultoras de esta nueva modalidad de consumo”. Y para ilustrar la idea del fast fashion, comentan que las colecciones en la boutique se reemplazarán cada 45 días, lo que representa un promedio de ocho colecciones al año. Aluden también a la existencia de un mensaje implícito en las prendas pero no impreso, y que se irá borrando con los lavados: ¿un guiño virtual o una metáfora? No queda claro el recurso pero sí que la estrategia del e-commerce alude a guiar a las posibles compradoras y usuarias en su selección de futuras prendas y de colecciones efímeras.
Hacia fines de marzo, la coqueta panadería Le Pain Quotidien, sitio ineludible para las reuniones alrededor de la moda en el circuito de Palermo, fue la locación de un lanzamiento con anclaje en nuevos modismos: por un lado el apogeo de los diseñadores emergentes y, por otro, su ingreso al circuito de las tiendas virtuales. Allí se anunció la incorporación a TheNetBoutique.com, una tienda online surgida hace tres años y que ya suma 40 firmas locales de moda, de un apartado de diseñadores emergentes que componen Luz Ballestero, Julia Schang Vitón, Vanesa Krongold, Pablo Bernard, Florencia Kozuch y Santiago Artemis. The Net Boutique representa una versión local y pionera de Net a porter.com –una tienda fundada por el grupo Condé Nast a comienzos de 2000 que se rige por la modalidad de revista–, catálogo online que interpreta las tendencias de cada temporada y sugiere modos de uso a las posibles compradoras y a las clientas habituales. Sus fundadoras, Agustina Maggio y Carolina Gándara, se refirieron al comportamiento de las consumidoras argentinas online del siguiente modo: “Los clientes de TheNet Boutique.com son casi en su mayoría mujeres de 20 a 50 años. Es notoria la tendencia a la reincidencia luego de probar el servicio. Lo que más consumen son prendas y zapatos, luego carteras y en último lugar, los accesorios. Dentro de las prendas, la categoría remeras es la más vendida y es para destacar también el lugar que alcanza la venta de pantalones. Consideramos que no optan por un total look, sino que en una misma compra eligen prendas de hasta tres o cuatro diseñadores. Si bien las marcas comerciales son las más vendidas, los diseñadores independientes y las marcas más de autor funcionan muy bien”.
–Para seleccionar esta primera camada de diseñadores emergentes tuvimos en cuenta el reconocimiento de los referentes del medio para con ellos, la calidad de sus diseños y la capacidad de proyección de sus marcas. Las prendas que más se venden son las más clásicas y no tanto las más osadas. Destacamos el éxito del vestido Cementerios de Schang Vitón –la diseñadora que innovó en siluetas y modos de uso de la camisa blanca y los vestidos símil túnicas avant garde– y también que en los próximos meses vamos a sumar un nuevo grupo de diseñadores emergentes.
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