EL MEGáFONO
› Por Graciela González *
En un comunicado, la Comisión de Derechos Humanos de la Federación de Psicólogos de la República Argentina (Fe.P.R.A.), nos dice que “linchar hasta matar es homicidio calificado... No avalamos el robo, ni la apropiación de propiedades ajenas ni la matanza de otros seres humanos. No hay justicia sin ley y esto está normatizado en nuestro país y a nivel internacional a través de tratados y convenciones a las que hemos adherido...”
Quiero agregar, desde el departamento de prevención de la violencia y el abuso sexual infantil de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA), que los argumentos que podemos resumir como “el que las hace las paga”, recuerdan tristemente al “algo habrá hecho” y que además son sumamente hipócritas.
Quienes trabajamos casos de violencia y abuso no vemos la misma preocupación de parte de la gente para castigar a quienes cometen esos hechos. Por supuesto, tampoco lo proponemos, pero ¿de dónde nace esta horda que golpea hasta matar a otro ser humano?
Resulta llamativo que, por ejemplo, la Iglesia escondiera a tantos curas abusadores, que aún se defienda a violentos y abusadores condenados, que nadie se indigne cuando excarcelan a un abusador y que se critique a un juez por dejar libre a un presunto ladrón, pero no cuando sobreseyó a un hombre abusador de su hijito aun cuando había pruebas para declararlo culpable.
Tampoco se habla de las nietas que denunciaron a su abuelo –juez retirado de San Isidro– y que obtuvieron el apoyo de la mitad de la familia (muchos de ellos, también, del Poder Judicial). La otra mitad de la familia encubre, o aún peor, avala el abuso. ¿Y van a impartir justicia en otros casos similares?
O cuando el conductor Jorge Rial dice: “Te voy a pasar con un camión por arriba. A vos, Marianela, te hablo, a vos. Que sos una zorra, pero además tenés una asociación ilícita con gente cuyos nombres conozco y cuyas fotos voy a dar”.
De lo cual concluyo que, a pesar de las muy buenas leyes que tenemos, golpear a mujeres y niños/as, violar, abusar sexualmente, etc. no es algo condenable para el común de la gente.
No podemos retroceder a épocas oscurantistas, hemos conquistado derechos y tenemos que velar para que no nos sean arrebatados, comenzando por afirmar que siempre el derecho es el derecho del otro.
* Docente de la Facultad de Psicología de la UBA, directora del departamento de prevención de la violencia de género y el abuso sexual infantil de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires y coordinadora del equipo de niños/as y adolescentes de la Fundacion Alicia Moreau de Justo.
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