Aunque ciertas inquietudes disten de ser novedosas, hay quienes se ingenian para plantearlas de manera impar. A la diseñadora Xuedi Chen y su coequiper Pedro Oliveira les cabe, entre otros, dicho mérito. Motorizada por la turbación number one de la era digital (léase la falta de intimidad en el mundo hiperconectado a raíz del exceso de información personal que se comparte ligera e inconscientemente), la dupla decidió tomar tecnológicas cartas en el asunto y contribuyó al tema con una interpretación literal. Excesivamente, si se quiere. Así, como parte de su tesis de grado en la Universidad de Nueva York, los artistas crearon un corsé inteligente que se vuelve transparente cuando la persona que lo usa tuitea. ¿La moralina? Dejar patente cómo la gente se expone por demás sin medir las consecuencias, evidenciar cuán vulnerable los vuelve tal gesto.

Juguetonamente bautizada X.Pose, la prenda no sólo reacciona ante Twitter; conectada vía bluetooth a una aplicación de smarthphone, el material comienza a traslucir a medida que se utiliza más y más Twitter, Facebook y otras webs. Y cuanta más data ingrese la usuaria a las redes, más piel le quedará al descubierto. “Esta podría ser la manera más veloz de romper con los malos hábitos del exhibicionismo internetiano”, bromean algunxs, intrigadxs por la ropita hecha de material flexible gracias a una impresora 3D y de una capa de pantallas reactivas. Pero cabe la duda: ¿será que finalmente se cortará la gratuita cadena de informar a contactos/amigos cada paso nimio, sea el desayuno del día, el sitio donde uno/a se encuentra, los consumos preferidos? “Regalamos nuestra información personal a cambio de un poco de tecnología”, advierten los especialistas. Y Chen y Oliveira asienten, y defienden un producto novedoso al que definen como “político” y como “escultura para vestir”. Lo irónico, sin embargo, es que la idea se dio a conocer, se volvió popular, se diseminó como reguero de pólvora a través de... las redes sociales. Ay, los molinos de viento.