Quienes lleguen cada viernes al Centro Cultural Ricardo Rojas no escucharán el sonar del hyoshigi, un instrumento utilizado por los gaito kamishibaiya, cuentistas japoneses que en el siglo XII anunciaban su llegada para contar historias desde el kamishibai, pequeño escenario de madera donde se insertaban ilustraciones a medida que avanzaban los relatos. Aquí la tradición revive y revoluciona en una remake tecnológica del colectivo La Poderosa Máquina, trío power que conforman la dramaturga Flavia Gresores, la escenógrafa y vestuarista Romina Cariola, y la bailarina, coreógrafa y licenciada en Artes Combinadas Gisela Cariola. Ahora sí, las miniaturas orientales se transforman en el plano abierto de una sala desnudada por proyectores y objetos que todo lo pueden, hasta incluso recuperar su aura. Al cabo, las tres performers hacen lo que todas las mujeres en sus saberes ancestrales: desviar el uso tradicional de los materiales para generar nuevos sentidos, de manera premeditada o azarosa. “Pero también nos permite analizar el modo en que una sociedad, en un momento determinado, se imagina a sí misma a través de sus consumos, descartes y atesoramientos”, sostiene Romina, en un ejercicio de antropología urbana que revela placeres y tesoros entrañables. “Mi ‘forma de hacer’ es encontrar hoy un objeto en la basura y volver a utilizarlo desde otro lugar, interviniéndolo o corriéndome del uso tradicional para el que fue fabricado. Agradezco y honro a cada objeto encontrado.”

Efímero Cine es un espectáculo performático que fusiona las artes visuales y escénicas en un set donde conviven lo analógico y lo digital con los recursos y la imaginería del cine, pero con la impronta, de nuevo áurica, del teatro. Y el espectáculo sucede entre ideas del radioteatro y acciones donde se exhiben los cuerpos y las palabras manipulados por objetos que sonorizan y se reflejan sin pudor, “en un nivel de disociación y delirio divinos”, describe Gresores. Para confluir tanto elemento al servicio de un relato, decidió complotarse con los juguetes de su infancia y volver a jugar, esta vez frente a un público, “con la calculadora que habla, con el maravilloso mundo del micrófono piezoeléctrico y con mi maquinita de coser ‘Dorita’, que en Efímero es el sonido de un tren”. Todo el set es un homenaje, un acto de nostalgia y de amor, un museo-instalación. “Pensemos que hay niñxs que ven por primera vez un Winco; ni hablemos del Geloso o el retroproyector”, actores de un cine vivo montado en tiempo real, de ahí su carácter intenso y breve.

La Poderosa Máquina es un colectivo teatral independiente que articula un lenguaje estético donde el enfoque deja de ser multidisciplinario para convertirse en trans, una condición que amplía, diversifica y enriquece cualquier propuesta, en este caso de artes visuales y escénicas. En ese laboratorio abierto y multipolar el horizonte está recorrido y aumentado desde lo literario hasta lo pictórico, “pasando por la escena y la creación de los objetos”, que alientan a dejarse llevar por un juego que Gisela Cariola interviene ordenando, corrigiendo y acomodando el sentido de las cosas. “Mi interés pasó primero por cuestiones teóricas, de hecho estoy en el set operando el sonido o la imagen, pero los años de amistad y confianza que compartimos las tres me llevaron a involucrarme en este proyecto, acaso con la excusa de volver a jugar, como cuando éramos chicas, con los objetos, la ropa, los relatos y los paisajes que fueron dibujando nuestra propia adolescencia”. A no equivocarse: en Efímero Cine no hay tonterías ni licencias tomadas por un grupo de chicas atrevidas que buscan pasar el rato. Acercarse a esta especie de cuarto propio significará, para aquellxs que lo intenten, adentrarse en las sutilezas de la felicidad.

Efímero Cine. Todos los viernes de agosto, a las 20 y a las 21.30. Centro Cultural Ricardo Rojas. Sala Cancha. Av. Corrientes 2038. Entrada gratuita.