Vie 08.08.2014
las12

ESCENAS

Sin cartel de salida

En La maquila, con dirección de Raquel Albéniz, un grupo de mujeres se asfixian en el encierro de un taller clandestino que las esclaviza.

› Por Luciana Peker

Las rodillas ni se doblan. El pelo hace un dibujo en el aire que se arremolina contra la única salida. Pero el torso se cae contra el piso. Ella intenta subir y se arquea contra la ley de gravedad. Pero la gravedad del encierro la doblega. Su cuerpo vuelve, una y otra vez, a dar contra el piso. La trata de personas a veces es tan explícita como un candado que impide salir. Y, a veces, es tan nefasto pero más sutil, como una salida que no se encuentra aunque supuestamente el aire no tenga llave.

El gran logro de la obra de teatro La maquila es que logra contar, a través de la poética del teatro, de una escenografía no literal y del aporte de la danza, tanto las cadenas explícitas de la trata de personas como de todas las violencias que se visibilizan en la escena a través de palabras, de gestos, de locuras cuerdas e incoherencias con lógica (en la piel del actor de origen chino Ignacio Huang) y de pactos entre sus integrantes en un lugar sin reglas.

Las mujeres que quieren erguirse pero terminan empujadas contra el piso son las bailarinas (Emi Ramos, Lucila Tolis y Camila Santillán), que personifican a las senegalesas, un grupo de trabajadoras de un taller clandestino sin una ubicación geográfica clara pero que, justamente por esa falta de brújula, puede ubicarse en cualquier lugar del mapa latinoamericano, desde la frontera de México con Estados Unidos, El Salvador o el Bajo Flores porteño. Las extranjeras son identificadas, por sus propias compañeras de encierro, como peligrosas –en un reflejo claro de que la discriminación provoca grietas entre las discriminadas– y mudas, ya sea porque no saben el idioma o porque no tienen palabras. Igualmente, sus cuerpos (asustados, perplejos, esperanzados o estrellados contra el horror de no tener salida) son una imagen clara de la sed de liberación y la asfixia del ahogo que impone el trabajo esclavo, en una coreografía de Marina Swarzman y Paula Etchebehere.

La obra La maquila fue escrita por Valeria Medina en ensayos con integrantes de la comunidad afro. Finalmente, llegó a escena del teatro El Popular con la dirección de actores de Raquel Albéniz y la puesta y dirección general de Paula Etchebehere. La producción es del propio teatro y del grupo Simpatizo con Todo. La música, que acompaña la búsqueda de espectadores activos frente a una sonoridad cautivante que no tapa las palabras ni dice más de lo que se puede sentir, es de Lautaro Cottet.

El grupo de actrices y actores –Coral Gabaglio, María Forni, Vicente Santos, Carlos Lombarda, Adriana Julio y Julián Duffy– tiene una diversidad cultural que no sólo refleja pieles, rasgos y tonos en el escenario, sino que también enfrenta a la mixtura y las diferencias sociales que implica cada lugar (geográfico e histórico) del origen personal de sus intérpretes: Haití, Colombia, China, Paraguay y Argentina. La piel morena que seduce pero que sigue siendo castigada con segregación económica muestra todos sus reflejos en escena. La seducción de una mujer negra que pasa de ser devorada sexualmente en la maquila a ser pinchada por los alfileres de la moda. La voz de una paraguaya que recuerda que no tenía dónde dejar a su hijo para ir a trabajar en una lavandería y tuvo que dejarlo en un pozo con tierra hasta que el agua se lo llevó todo.

Otra ilación interesante es el enredo de quienes pasan de amos a esclavos y de la variable entre resignación o búsqueda de alguna liberación posible. Las voces repiten el eco de la explotación y, en otros momentos, intentan que las telas que cortan sin fin tengan otro vuelo.

La obra también denuncia el doble encierro de la moda, desde sus talleres más básicos hasta sus pasarelas más glamorosas. Y lo hace desde un país en el que el Programa Nacional de Rescate ya liberó, desde abril de 2008, a 3487 personas que padecían trata laboral en talleres que cosían para las firmas Zara, Siamo Fuori, Vete al Diablo y Ckeeky. Las maquilas nacionales están en escena.

Sábados a las 22.30. Teatro El Popular, Chile 2080.

Reservas al 2051-8438. www.teatroelpopular.com.ar

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