Vie 08.08.2014
las12

DERECHOS

Asignaciones de género

Siete de cada diez adultos/as mayores que se beneficiaron por la inclusión que permitió una moratoria a quienes no tenían sus aportes realizados son mujeres. La Asignación Universal por Hijo la cobra un 99 por ciento de madres. Se instrumentó que sean las mujeres las que tengan preferencia para cobrar la asignación familiar para trabajadores/as formales. Al plan Progresar se sumó un 60 por ciento de chicas. Pero hay muchas deudas pendientes: extender las licencias a empleadas informales, más protección a madres adolescentes e igualdad en los montos cobrados por jubilación. Diego Bossio, titular de la Anses, habla sobre políticas clave para los derechos sociales y económicos de las mujeres.

› Por Luciana Peker

El 73 por ciento de quienes se pudieron jubilar por la inclusión que permitió la mora fiscal a 2,7 millones de personas (y tenían apenas, en promedio, ocho o diez años de aportes) son mujeres. “La política de inclusión de género más importante fue a las señoras grandes que alguna vez habían trabajado o que le dedicaron toda su vida a formar una familia y no se habían podido jubilar”, remarca Diego Bossio, director de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). También la mayoría (62 por ciento) de jubiladas/os y pensionadas (sin el beneficio de la mora) son adultas mayores. Sin embargo, todavía esas mujeres cobran un 24,5 por ciento menos que sus pares varones. Las razones son que las pensiones son menores que la jubilación (y el 87 por ciento de las beneficiarias son mujeres); que las trabajadoras pueden retirarse cinco años antes (y los aportes acumulados son menores) y que, mientras generan un sueldo, cobran menos que los trabajadores. “No es mi caso, mi mujer gana más que yo”, se jacta Bossio. El funcionario tiene 34 años y una hija de cuatro, Olivia, que recorrió su despacho durante las vacaciones de invierno cuando la mamá, Valeria Loira, abogada y ex jefa de asesores de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado, estuvo ocupada. Sin embargo, él no se pudo tomar ni los tristes dos días de licencia por paternidad que otorga la ley cuando nació, hace tres meses, Milena. Y el mayor peso de la crianza pesa en el otro lado de la (desvelada) cama. “Mi mujer es la que prueba los remedios, es la que da la teta cada hora y media a la noche, es la que tiene que estar lúcida para poder trabajar. Es tremendo”, reconoce.

¿Tenés claro que una de las deudas en política pública es aumentar la licencia por paternidad?

–Lo tengo claro. Es importante acompañar a la mujer durante ese proceso.

¿Cómo se ayuda a llevar adelante la maternidad con políticas económicas?

–Uno de los cambios que decidió Cristina hace dos años es que la mujer puede cobrar las asignaciones familiares aun cuando no trabaje. Es que surgió así: yo estaba en la villa Libertad, de San Martín. Casi todos cobraban la Asignación Universal por Hijo (AUH). Una señora me dice que no cobraba porque el padre de sus hijos trabajaba de camionero y cobraba el salario familiar pero no le pasaba nada. Le contamos la situación a la Presidenta y dispuso un decreto por el que si una mujer declara que tiene a su cargo a los hijos se lo depositamos en una cuenta. Hoy lo cobra el 28 por ciento de las mujeres, pero antes eran menos.

El trayecto para efectuar esta política pública es que lo reclamó una mujer en una villa y lo terminó escuchando la Presidenta...

–Sí, la Presidenta creía que existía. Y, en realidad, todo fue de casualidad. Por supuesto que si el papá demuestra que tiene la tenencia judicial se le pasa de nuevo a él, aunque son casos menores. La idea es que se trata de un derecho de los chicos y que la guarda la tiene la mujer. Es una consulta muy recurrente de las mujeres si pueden cobrar ellas porque el ex marido no les pasa alimentos. Y tiene lógica. Si una mujer tiene tres hijos puede cobrar $ 1800 pesos, según la escala salarial, con los que puede mandar a sus nenes a la escuela. Tiene protección del Estado.

¿Qué pasa con los meses de licencia por maternidad, que por ley no hay obligación de que coticen en los aportes para la jubilación de las mujeres?

–Sí cotiza. Los tres meses de licencia aportan para la jubilación. Hay que difundir los derechos.

¿Por qué se decidió que la Asignación Universal por Hijo (AUH) para personas desocupadas, que trabajan en el mercado informal o que ganan menos del salario mínimo, vital y móvil y trabajadoras domésticas lo cobran las mujeres?

–La Asignación Universal por Hijo (AUH) la cobran las mujeres. Esta es una política de género. Es central que lo haga la mujer porque es quien controla la vacunación y la salud. Si no estuviera la mujer detrás de esta historia la asignación universal no funcionaría como tiene que funcionar. La AUH es un derecho que tienen los papás y mamás que no tienen un trabajo formal o que hacen alguna changuita o son empleados domésticos y que cobran, por hijo, 600 pesos, el 80 por ciento en efectivo y el resto si presentan, una vez al año, certificado de escolaridad y vacunación. Hay 3.500.000 de chicos y dos millones de titulares, de las personas que cobran, que en un 97 por ciento son mujeres.

¿Los padres también podrían llevar a sus hijos a vacunar y a la escuela? ¿Por qué consideran a las mujeres como agentes sociales de estas tareas?

–Te cuento una anécdota de Progresar, que es para que los chicos con más de 18 años puedan seguir estudiando: cuando llamamos a los que les faltaba el certificado de escolaridad nos decían: “Es que me anotó mi mamá”. La madre es la que se ocupa de ir a la oficina de Anses a anotar al nene porque quiere que estudie. El rol de la mujer en la política pública es central.

¿Se recarga a las mujeres con tareas de trabajo no remunerado de crianza de lxs hijxs o se las empodera con el manejo del dinero del hogar?

–Se las empodera y se hace efectiva la protección del Estado. La mujer tiene un espíritu protector que no tenemos todos. Lo veo. Es la mujer la que se mueve para cobrar la asignación, para que el nene vaya a la escuela. Las mamás son las que se ocupan de esa historia. Y, sí, se las carga... es probable. Es una injusticia en ese sentido. Pero también es cierto que se hace efectivo el derecho.

¿Qué pasa con las embarazadas adolescentes? ¿Por qué no pueden cobrar ellas directamente el dinero que les corresponde, y en cambio se lo pagan a su mamá?

–Hay entre 80 y 90 mil asignaciones por embarazo por mes. Es una gran política de género, sobre todo para familias humildes. Y tiene la gran zanahoria, que se tienen que hacer cinco controles de salud y tres ecografías. De hecho, empezó a bajar la mortalidad materna. El 22 por ciento tiene entre 15 y 19 años, o sea que son, más o menos, 19.800 casos. Hay una situación que se da: una señora cobra la asignación por su hija de 15 años y la hija de 15 cobra otra asignación por su embarazo. Pero la chica no puede cobrarla ella –en mano– por un tema legal y cobra la mamá porque no pueden tener cuenta en el banco si no son mayores de edad. La obligación legal es que la mamá tiene que hacerse cargo de su hija.

¿El Estado no puede hacer una política específica para incentivar que las madres adolescentes sigan estudiando y no tengan que salir a trabajar aun cuando tengan obra social o sus padres vengan de sectores medios?

–Y... es otra medida. Si un papá es trabajador y tiene un sueldo de seis mil pesos cobra la asignación familiar por su hija.

Pero la hija adolescente, como la titular es su mamá o su papá, no puede cobrar AUH...

–Sí, quizá se tendría que hacer un Prog.r.es.ar sub 18 con el que puedan las chicas estudiar en condiciones de embarazo para que sea visto como asignación por estudio.

–El desempleo juvenil es del 11 por ciento para los varones y del 16 por ciento para las mujeres de menos de 29 años. ¿Eso lo tuvo en cuenta Progresar?

–No, teníamos en cuenta el desempleo, que era tres veces superior al desempleo de la economía, no la variable de género. Pero claramente se da que el 60 por ciento de quienes cobran Progresar –que son, aproximadamente, 500.000 jóvenes– son chicas.

¿Cómo se instrumentan los jardines maternales para que las chicas puedan estudiar?

–Tienen el derecho. Nos informan que van a necesitar cuidado de los niños y el Ministerio de Desarrollo Social se ocupa de buscarles un lugar.

¿Cómo se podría hacer para que más mujeres puedan cobrar licencia por maternidad? ¿No se les puede dar ese derecho a las monotributistas?

–El monotributo debería ser una excepción y no una regla. Y los aportes que hacen no son suficientes para que puedan tener esas asignaciones. Tiene que haber trabajo en blanco y las mujeres deberían tener todos los derechos de los trabajadores en relación de dependencia.

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