Las paritarias gremiales cerraron acuerdos de alrededor del treinta por ciento. Pero no hay paritarias maternales –sino una desgastante, burocrática y poco eficiente lucha judicial o cuerpo a cuerpo– y, mucho menos, huelgas de madres caídas. Por eso, la diputada Margarita Stolbizer (GEN) propuso un proyecto de ley para impulsar la actualización inflacionaria de las cuotas alimentarias. “La mujer queda en una situación de desequilibrio en relación con el hombre luego de su separación, porque tiene a su cargo la tenencia de los hijos menores y, por lo tanto, asume de manera personal los compromisos y costos de su crianza, alimentación, vestido, transporte, educación, deportes, etc. Aun en los casos en que las mujeres cuentan con un ingreso propio se encuentran en la desventaja de la cotidianidad frente a gastos que, por efecto de la inflación, aumentan en el día a día, sin tener una misma velocidad la cuota alimentaria que aportan los padres. En las situaciones de autosuficiencia económica la realidad se vuelve más injusta cuando existe un aprovechamiento para descomprometerse de solventar la subsistencia de los hijos.”

La norma tendría que detener el efecto Cavallo en los bolsillos de las madres, ya que por la ley de convertibilidad, de 1991, se prohíbe actualizar o indexar deudas monetarias. Por eso, el proyecto propone adecuar los montos fijados por la Justicia automáticamente. “Las mujeres sufren una situación de desprotección cuando afrontan reclamos judiciales para obtener el pago de la cuota alimentaria. Y mucho más cuando enfrentan la desvalorización del valor adquisitivo de lo que reciben en relación con lo que gastan. Deben entonces encarar pleitos largos, caros, desgastantes que, aun con el resultado esperado (el aumento de la cuota), terminan rápidamente volviéndose injustos. En pocos días o meses la cuota se vuelve otra vez escasa para los gastos que se deben solventar.”