“La oscuridad es luz detenida”, se dice en un momento de la obra, y sobrevuela todo el tiempo esa idea. La realidad plantea, sin dejar de lado el humor, varias preguntas: ¿cuál es el parámetro de la maldad? ¿Es posible aceptar la muerte próxima de un familiar? En este caso, la de una hermana gemela. ¿Y es posible reemplazar a esa persona?

Luz está segura de que no le queda mucho tiempo de vida y teme que su familia sufra su ausencia. Andrómeda, pese a la dificultad de este pedido, acepta y comienza a ensayar para parecérsele lo más posible. Son muy distintas, la primera interesada en la elevación espiritual, ha ido de filosofía en filosofía (e incluso experimentado drogas alucinógenas) hasta acercarse a la budista. La segunda, con un nombre proveniente de la mitología griega, es más terrenal, menos creyente. Las separan kilómetros de distancia desde que Luz decidió residir en la India, entonces no encuentran otro modo de comunicación que la charla vía Skype. Sin embargo, no todo es lo que parece. Los seres humanos como la vida tienen matices y en las últimas conversaciones virtuales aparecerán hasta llegar a lugares impensados donde la lógica, la filosofía, la literatura, el teatro y la autoayuda se interrelacionan.

Lo original de esta puesta no está en el uso de un formato multimedia, sino en que esa mediación, ese artificio, es realizado mediante una sola actriz que ha sabido darle un tono y una corporalidad distintivos a cada personaje y a medida que avanza el diálogo entre ambas se torna más verosímil la inmediatez. La autora y directora, Denise Despeyroux, escribió el guión a pedido de Fernanda Orazi para el Festival Fringe de Madrid, en 2012. Unidas por un exilio común decidieron apostar a una pieza compleja –Denise es uruguaya, aunque desde los tres años reside en España y Fernanda es argentina pero hace nueve años que eligió Madrid, luego de finalizada la gira con Ars Higiénica, de Ciro Zorzoli–. “La historia de Andrómeda y su hermana Luz proviene de otra obra, que aún está en proceso de escritura: ‘Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales’, sobre la historia familiar de ambas”, cuenta Denise, y agrega: “Hay un trabajo con la ausencia, con la lejanía. También una relación con la falta, con el comunicarse con un otro que no está. Aparece en las cartas de Andrómeda a escritores muertos o en la casi nula relación con su padre. También la necesidad del perdón mutuo. Y si Luz muere o no muere, es una de las especulaciones que genera. La gente se va llena de preguntas”. Fernanda completa: “Con los temas que se abordan no pretendemos instalar una moral, sino que aparezca un tercer lugar entre las dos. Fue súper desafiante porque a la dificultad del dispositivo elegido se suma la complejidad de los textos, con dos personajes que se crean mutuamente y donde el pedido de reemplazo de una por la otra genera un debate más profundo. Luz le está pidiendo a Andrómeda que deje de existir”. Así, en medio de la reflexión sobre las constelaciones familiares, aparece nuevamente el intercambio de roles, lo que ha quedado debajo de la alfombra y las zonas oscuras de ambas.

Otro de los puntos en común de estas dos artistas es la búsqueda constante de investigación. Denise, también licenciada en Filosofía, cuenta con una amplia trayectoria en salas de Madrid, Barcelona, Buenos Aires y Montevideo. En mayo pasado estrenó Carne viva, cuyo texto será editado por la Fundación SGAE. Fernanda es egresada de la EMAD (Buenos Aires), se ha formado con Ciro Zorzoli, entre otros; desde 2003 se dedica también a la dirección y junto al grupo El Rumor se especializó en procesos de investigación y creación desde la actuación. La realidad llega a Argentina en medio de su gira internacional que abarca el Teatro Solís de Uruguay y el Teatro de la Opera de Bremen de Alemania.

La realidad. Ultimas dos funciones: viernes 5 y sábado 6 de septiembre a las 21. Sala Alberdi, Centro Cultural Gral. San Martín, Sarmiento 1551, CABA. Entradas: $ 80.