La primera revista fue fruto de la rabia: el incremento de la violencia hacia las mujeres, los femicidios y la necesidad de poner en palabras todo aquello que las atravesaba. Desde esa perspectiva –feminista y de vida– como herramienta de lucha y cambio cultural, nació Furias, revista online que analiza y deconstruye la sociedad en la que vivimos. Sexualidades, roles, identidades y lenguaje como claves donde el poder se manifiesta. “Hay una realidad y no se puede elegir no mirar”, escriben quienes llevan adelante este proyecto comunicacional autogestivo. Consideran fundamental deconstruir la lógica binaria mujer-varón y pasar a hablar de géneros. “Hablamos de género desde una visión crítica de la construcción binaria hegemónica dentro del sistema heterocapitalista que se sostiene por los roles y bioasignaciones a los que somos sometidxs”, da cuenta Anahí Más, su directora. La revista nació hace cuatro años “como resultado de la desorientación de todx graduadx de comunicación”, continúa. Con inquietudes en común y ganas de tener un medio con agenda propia se lanzaron a esta aventura que significó un antes y un después en sus vidas. Todavía no eran feministas pero eligieron serlo. Decidieron mirar esa realidad que se presenta y hacerse cargo. Analía Daniela López, Sofía Espul, Valeria Tellechea y Nadia Beherens llevan adelante la coordinación de Furias y advierten que “tomar un punto de vista que contemple el género como eje rompe con la producción de conocimientos y de los deseos”. Por su parte, Anahí agrega: “Eso hace una revolución interna, genera un cambio que nos pone en tensión con nuestros prejuicios y privilegios. Pensar la vida desde una perspectiva de género es una bisagra, no hay manera de volver atrás. Solo te queda tratar de que lxs que te rodean entiendan un poco más de este mundo diverso, que no hay que normalizarlo”.

Describir el recorrido de estos cuatro años es también describir un recorrido personal. Mucho esfuerzo, mucha pasión, responsabilidad y compromiso para este colectivo de amigxs que afila la mirada para provocarse y provocar. En esa dirección corren número a número. Abogan por la libertad de los cuerpos, la legalización y despenalización del aborto, y se enfurecen ante la violencia de género y su expresión más macabra: los femicidios. En síntesis, desnaturalizan lo establecido y salen del lugar protagónico “para que lxs protagonistas sean otrxs.” Los temas los definen colectivamente, algunos surgen como necesidades propias y otros de la revista. Cada una tiene una historia, alguna complejidad, algo para contar. “Es todo un torbellino lleno de estrés positivo. Empezamos creyendo que no hay notas y terminamos con una revista llena de páginas”, ilustra Anahí. Conforman un equipo diverso que proviene de diferentes profesiones “o de ninguna en especial”, que las tiene unidas en el deseo de construir un espacio que da voz y libertad en el decir. Para el nombre de la revista se inspiraron en tres deidades griegas, de allí proviene Furias. Eran mujeres-diosas justicieras que castigaban a los hombres por sus malas acciones: “La historia cuenta que un dios las castigó porque se abusaron de ese poder. Nos gustó la idea de pensarnos en esa dualidad de lo bueno y lo malo. También jugamos con la idea de furia y enojo, uno de los primeros sentimientos que nos surgieron cuando comenzamos con la revista, enojo por la injusticia, por la desigualdad, la violencia”, cuenta Anahí. Con veintiún números en su haber y dos reconocimientos que ayudaron a entender el alcance de sus publicaciones (Premio Mario Bonino y Lola Mora) comparten un trabajo colectivo. Cuentan con colaboradorxs extranjerxs y artistas que hacen de esta publicación algo particular. “Somos un colectivo que compartimos desde la tristeza hasta la felicidad, los enojos y las birras”, concluye Anahí.

¿Un adelanto del próximo número? “Partimos del caos, si tuviésemos algo del próximo número no seriamos Furias.”

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