La que se acerque al libro de Ivana Romero Las hamacas de Firmat para encontrar la respuesta al misterio de por qué se mueven solas las extrañas hamacas del barrio La Patria, en la pequeña ciudad de Firmat, Santa Fe, no la va a encontrar. Pero sí se va a topar con una historia que, girando en torno de ellas, va develándose también como el relato del origen de su autora y como una crónica literaria del regreso al pueblo donde creció, ya transformada en una mujer, haciendo coincidir identidad y mito.

Periodista y escritora, colaboradora de Las12 bajo el seudónimo Juana Menna entre 2008 y 2010, Ivana Romero nació en Firmat en 1976 y se crió allí con su familia hasta el momento de seguir una carrera universitaria en Rosario y recalar años después en Buenos Aires, donde vive actualmente. Volver a Firmat implicó entonces, más allá de la excusa de las hamacas –un fenómeno que se registra desde 2007, y al que se le atribuyen las más disparatadas explicaciones–, un retorno a un espacio conocido con una mirada nueva. “¿Se puede volver al origen? ¿Llevamos la memoria de lo que somos ahí donde vayamos? Y cuando volvemos, ¿en quiénes nos hemos transformado? ¿Y cómo se ha transformado lo que recordábamos? Creo que el relato está atravesado por estas preguntas”, dice Ivana, y se desmarca así de cualquier idilio no resuelto con el lugar, e incluso se sacude cada vez que puede la melancolía para hacernos saber una vez más que lo personal también es político. Con el correr de las páginas, Romero superpone distintos relatos que conviven y dialogan de forma sutil: los recuerdos personales que van brotando en el reencuentro con los afectos, las voces y ecos de los habitantes más involucrados con el tema de las hamacas, y la historia social del pueblo, un enclave cerealero fundado a fines del siglo XIX, que en los ’90 sufrió, como tantos otros, las privatizaciones y el cierre de su estación ferroviaria.

Entre el oficio periodístico y el registro minucioso y literario es que Las hamacas de Firmat encuentra su razón de ser y gana su lugar en la “colección naranja” de la editorial de la municipalidad de Rosario, coordinada por Oscar Taborda y Daniel García Helder, en la que se vienen publicando una serie de volúmenes de narrativa sobre Rosario y su gran área de influencia. “Volví al pueblo para buscar una historia que me permitiera construir una suerte de memoria personal desde la escritura. En ese tránsito, descubrí que la historia podía interesar también a otras personas. Y es una suerte de retorno imposible. Yo no podía saberlo de antemano, pero lo sospechaba. Es como el amor: una se deslumbra, investiga, se enamora y se transforma. A veces una siente que ya no puede quedarse en ciertos lugares. Y, sin embargo, siempre es bueno animarse a volver, aunque sepas que tu destino está en otro lado. No importa tanto el punto de partida y el punto de llegada como el tránsito mismo”, agrega Romero, y podemos sumar a esta reflexión que de lo que se trata también es de volver con el registro de lo que implica ser una mujer emancipada, que eligió para su vida un futuro bastante distinto del de sus amigas de Firmat, y que puede, en un gesto glamoroso, dejarle de ofrenda un atado empezado de cigarrillos Virginia Slim al Gauchito Gil, a la vera de la ruta 93, pidiéndole protección. ¿Y las hamacas, entonces? De todos los mitos que circulan, desde su conexión extraterrestre hasta el mensaje del alma en pena de un niño que murió en la plaza, Ivana prefiere quedarse con otro tipo de explicaciones. “Hace pocas semanas le hicieron una entrevista a Nicanor Parra, que cumplió cien años, y en un tramo citó el Tao, donde dice: ‘Primero la magia, después la realidad’. Esa es para mí la respuesta al misterio”, dice animada.

Las hamacas de Firmat
Editorial Municipal de Rosario
84 páginas