COSAS VEREDES
Tras casi década y media sin dirigir, la norteamericana Penny Marshall volverá a ocuparse del béisbol femenino: en esta ocasión, una biopic de Effa Manley, primera mujer en ser incluida en el Salón de la Fama de dicho deporte.
› Por Guadalupe Treibel
En la década del ’70, Penny Marshall no sólo le puso la melena a una publicidad de Head & Shoulders donde la guacha de Farrah Fawcett le robaba el champú y comparaba mechas; también fue parte del dúo protagónico de Laverne & Shirley, una sitcom protofeminista que –situando la historia en los ’50– subrayaba el poder de la amistad femenina, de la mujer liberada y ¡con sentido del humor!, de la independencia laboral sin la “asistencia” económica de varones diligentes, entre otras cuestiones.
Sin embargo, aunque la entonces muchacha hizo sus buenos pininos como intérprete de tevé y cine en otros roles, quisieron las circunstancias que sea recordada por sus haberes posteriores: los de realizadora. En principio, directora de Big –conocida en las huestes locales como Quisiera ser grande–, esa simpática cinta fantástica del ’88 que obligó a Tom Hanks a crecer (literalmente) de golpe, y dejó a más de un purrete espectador deseando vivir en un loft lleno de pinballs, brincar sobre pianos gigantes o, para el caso, teniendo 30 pirulos (más no fuera por un ratito). Luego, directora de Despertares (1990), el dramón basado en una historia real donde el doc Robin Williams hacía lo imposible por ayudar al catatónico Robert DeNiro; y, en el ínterin, no sólo cosechaba cantidad de lágrimas: también aportaba su granito para recibir tres nominaciones al Oscar (Mejor film, Mejor actor principal, Mejor guión adaptado).
Y aunque Marshall diversificó obra como directora y productora, es otra favorita la que le amerita una plaquita en el panteón de las piezas valiosas: –la supuestamente menor– A League of Their Own (en criollo, Un equipo muy especial), de 1992. Con un elenco de lujo (Geena Davis, Lori Petty, Madonna, Tom Hanks, Jon Lovitz, Rosie O’Donnell), Penny contaba el cuento de las mujeres que, durante la Segunda Guerra Mundial, se calzaron los guantes, el bate y armaron una liga de béisbol para mantener el deporte a trote, evitando que desapareciera en miras de que los hombres se iban para la trinchera. Inspirada en la historia verídica de la All-American Girls Professional Baseball League, la primera federación profesional de mujeres que existió entre el ’43 y el ’54, no es casual que la cinta haya sido elegida por el Registro Nacional Cinematográfico estadounidense para ser cuidadosamente preservada por considerarla “cultural, histórica y estéticamente significativa”. Porque, en efecto, A League... es un registro ameno y significativo sobre una situación significativa, no así amena... Situación que llevó a la columnista Sara Stewart de The New York Post a preguntarse el pasado agosto: “¿Por qué nunca una mujer en las ligas mayores? ¿Por qué ni siquiera las prueban?”. Ergo: ningún esfuerzo o precedente debe tomarse a la ligera...
Con todo, no es éste un paseo por el mar de la nostalgia, sino las líneas presentación de una feliz novedad: que, tras casi catorce años alejada de la dirección de cine, Penny Marshall volverá a la noble tarea. Y, oh casualidad, lo hará para retratar vida y obra de la primera (¡y única!) doña en ingresar al Salón de la Fama del Béisbol en 2006. Yeah, jarana: en doble rol de realizadora y productora, la artista de 71 años (nacida Carole Penelope Masciarelli, rebautizada PM) está en tratativas para llevar adelante una biopic sobre Effa Manley (1897-1981), empresaria tenaz del juego y defensora de los derechos de los afroamericanos. En palabras de Penny: “Alguien que rompió barreras, superó obstáculos y cambió para siempre el rostro del deporte”.
Aunque poco se sabe de sus raíces –aunque se estime que por sus venas corría sangre caucásica, indígena y asiática–, Effa se identificaba a sí misma como una mujer afroamericana. Y precisamente en un juego de 1932 conoció a su futuro esposo, Abe Manley, quince años mayor que ella, dueño del equipo Newark Eagles, parte de la Liga Nacional Negra. Tras casarse –e incluso después de fallecer Abe–, Effa fue socia y copropietaria, ayudando a su equipo a ganar la Serie Mundial Negra en 1946. En un campo predominantemente masculino, se desempeñó implacablemente, motorizando reformas, alentando derechos para los jugadores. Mejores salarios, mejores condiciones de viaje y más respeto de los colegas blancos fueron algunos de los objetivos de esta pionera que, además, instó a otros dueños a organizarse, recaudar dinero en conjunto, donar cash vía juegos a beneficio. Contra el sexismo, la misoginia y el racismo de los años ’30 y ’40, en favor de los derechos civiles de la gente de color, EM fue mentora de campañas con lemas del tipo “No compres donde no podés comprar” o “Día contra el linchamiento”.
Y si bien continúan sus méritos, mejor dejar el elemento sorpresa al film de Penny Marshall, quien de seguro captará las bondades de Manley haciendo justicia a tamaña protagonista. Por lo demás, queda por definir elenco, aunque ya esté pautada la filmación para 2015 en locaciones de Savannah, Georgia. Lo certero: como buena bateadora de pelis, PM saca cualquier pelota del campo de juego. Muchos home runs a la vista...
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