En la Maternidad Estela de Carlotto, de Moreno, nueve de cada diez nacimientos fueron por partos vaginales y sólo el 9,1 por ciento por cesárea. El centro de salud provincial, de bajo y mediano riesgo, es una maternidad segura y basada en la familia. Comenzó a funcionar en junio del 2013 y sus resultados demuestran que el parto respetado y la baja de la mortalidad materna con abortos seguros son posibles.

Desde que abrió sus puertas nacieron 642 bebés. No sólo hubo apenas 58 cesáreas –por razones de salud–, sino que se cumplieron otras pautas imprescindibles para un nacimiento humanizado: el 89 por ciento de las mamás estuvieron acompañadas en el proceso de parto; el uso de oxitocina fue de apenas 1,6 por ciento; la episotiomía fue necesaria solo en el 10 por ciento de los casos. Y cada mujer pudo elegir como parir: el 47,6 por ciento prefirió sentarse y el 42,8 por ciento alumbró acostada. Pero también el 6,8 por ciento pudo pujar parada e, incluso, el 2,8 por ciento se puso en cuatro patas en una maternidad pública libre y segura.

La prevención para que sean madres las que quieren y cómo quieren también llega a la prevención de no ser –o volver a ser– madres si no quieren. Se realizaron 57 ligaduras tubarias y se pusieron 220 implantes anticonceptivos en el brazo a jóvenes de hasta 24 años con un aborto o un embarazo previo. También se practicaron 127 legrados y 39 aspiraciones manuales por abortos legales o incompletos o por retención de restos placentarios. En ningún aborto se registró ninguna complicación en el procedimiento. La directora asociada médica María Cecilia Zerbo resalta: “Nos sentimos parte, de un modelo de intención de cambio dirigido hacia la garantía de derechos y nos proponemos innovación y creatividad en la consolidación de equipos de trabajo”.