Vie 26.06.2015
las12

XIAO MEILI

La peregrina feminista

› Por Natalia Gelós

Xiao Meili se pasea con un traje de novia ensangrentado para San Valentín. Xiao Meili se para frente a una pizarra y ante el público señala con su mano la vagina en trazos negros dibujada en él. Xiao Meili comienza una caminata sola, durante cien días, a través de campos, pueblos, ciudades. Xiao Meili sube a Weibo, la red social China, una selfie: se la ve acostada, con uno de sus brazos levantado y un vello irreverente asomando por la axila. Invita a otras a hacerlo. Hace un concurso. A la axila sin depilar más hermosa le regalará cien preservativos. Xiao Meili tiene 25 años, el cuerpo alto y delgado y la convicción de una topadora. Con cada una de sus acciones busca poner a la luz un mensaje claro: es hora de que se empiece a combatir la violencia machista en China. Mezcla arte y performance y es el viento fresco del movimiento feminista de su país.

Nació en 1989, y su infatigable militancia viene a romper con una imagen instalada sobre el gigante asiático, la idea de que lxs jóvenes “post ’90” son apolíticos. Forma parte de una generación criada para buscar “el buen pasar”; traducido en estabilidad económica, profesional, familiar. Ese fue su horizonte también por un tiempo, pero la joven Xiao empezó a estudiar Comunicación Social en la Universidad de China en Beijing y entró en contacto con movimientos feministas, leyó El segundo sexo, vio películas, leyó incansablemente, y se encendió una chispa en ella. Desde el arte encontró la forma de recorrer ese camino.

La violencia machista en China es un tema que todavía anda en puntas de pie. El primer proyecto de ley que intentó castigarla es de 2012, pero sólo apuntaba a la violencia matrimonial. No contemplaba ningún vínculo que no sea institucional. Los abusos sexuales a menores también tomaron la escena en 2013, cuando se hizo público un caso de violación en una escuela primaria. Ahí se destapó una olla a presión. Para astillar ese silencio se necesita filo. Xiao parece entenderlo. Sus acciones empezaron a darle notoriedad: fue la protagonista de Monólogos de la Vagina, se rasuró la cabeza para ironizar sobre las desigualdades sexuales e irrumpió en los baños de hombres con la misma intención. Su acción más contundente llegó, sin embargo, con la caminata desde Beijing a Guangzhou. Fueron unos dos mil kilómetros. Al principio fue una marcha solitaria, hasta que dos estudiantes se le unieron, y otrxs le ofrecieron casa, y todo el país conoció de su procesión. En cada pueblo buscó el correo y desde ahí mandó cartas a la policía y a lxs educadores para concientizar sobre la violencia hacia las mujeres.

En una red social llamada Weibo, Xiao Meili lanzó hace unas semanas su cruzada más reciente: el concurso que se suma a la tendencia mundial de liberar a las axilas de la depilación. La chica invitó a todas las mujeres orientales a subir fotos de sus chivos con vellos. Un gesto de impacto para seguir con ese recorrido que desde hace años es su norte: abrir la discusión sobre género en su país. ¿El premio para la axila más bella? Cien preservativos. “Amo los vellos de mis axilas. Son parte de mi cuerpo. Espero que las chicas puedan mostrarlos sin miedo”, escribió.

Creció al suroeste de China, en la provincia de Sichuan. Y la crió su abuela, porque sus padres trabajaban todo el día. Siempre se las arregló sola. Trabaja dando clases de dibujo, vendé antigüedades por la web. Independiente, se hizo también cargo de su propio despertar. Desde ese tercer año en la carrera en el que comenzó su conciencia feminista hasta esta actualidad de militante con experiencia, la chica aprendió algo. “Es raro cambiar la manera de pensar de la gente; más difícil que cambiar la política.” Pero insiste, acciona, y sus miles de seguidoras en las redes dan cuenta de que a muchas las va despertando.

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