MONDO FISHION
Tal vez porque muchas de las ideas de Marcelo Giacobbe toman forma en sus periódicas prácticas de natación en una pileta olímpica, el agua devino su incesante inspiración para las morfologías y temáticas de cada nueva colección del diseñador graduado en la UBA circa 2011 y que representa a la nueva camada del diseño que predica alta costura matizada con modismos de nueva sastrería y guiños a la ropa deportiva. Hace algunas temporadas se destacó con una colección apodada Marina, que presentada en una pasarela de emergentes, irrumpió con vestidos ornamentados con bordados que simularon corales rotos, moluscos y estrellas de mar, instaurando un nuevo recurso déco y orgánico con sutiles dejos kitsch. Pero las técnicas y las labores de Giacobbe se fueron profesionalizando. La Cámara Argentina de la Moda le otorgó tres de sus tijeritas de platas contenidas en cajas acrílicas de modo consecutivo y él matizó sus presentaciones locales con otras en Nueva York.
Ahora, en su presentación en el BafWeek y los vaticinios de estilo para el verano 2016, el estilo Giacobbe lució mas despojado –si bien emergió alguna guirnalda en azul y verde– para en cambio priorizar las siluetas con sucesión de tablas. El mono de alta costura en seda, faldas cortas y shorts en blanco, color marfil, plata, verde esmeralda y negro.
Por su parte, la colección verano de la diseñadora Vero Alfie, con vasta experiencia en seminarios de análisis de tendencias y en desarrollar producto para marcas, predica el tributo a la estética de 1970 y también a la veneración por los oficios. El desfile transcurrió al ritmo de hits de The Mamas and The Papas y una prédica de estampas rescatadas de la botánica. Las crasas de su campaña institucional emergieron deconstruidas y sobre vestidos de lino en gris, negro y blanco, los vestidos amarillos y celestes fueron ornamentados con sutiles bordados en tops de gamuza, un gesto que se repitió en la usanza hippie chic y en los ponchos de verano con flecos.
En la edición verano 2016 de BafWeek, rediseñado y con nuevo equipo de producción y nuevas salas donde todos los asistentes observan desde las gradas, Lucía Chaín y Juliana García Bello presentaron Rezuma Seco, la colección de corte experimental y con una particular mirada del lujo: sus piedras preciosas fueron granos de sal cristalizados. Las diseñadoras con estudios de joyería y graduadas en Indumentaria de la UBA afirmaron sobre la construcción de su estilo: “Hicimos un estudio de las tipologías de los pescadores del puerto, indagamos en el wader, ese enterito gigante que usan para trabajar, las camisas funcionales y capuchas. Y en base a sus tipologías hicimos versiones contemporáneas. En el proceso encontramos registros del puerto de Mar del Plata de chalequitos, salvavidas antiguos provistos de tablas de madera que trasladamos a nuevas prendas. En simultáneo, como la colección representa el primer verano que diseñamos juntas, pensamos en el momento de llegar a la playa en la niñez, cuando el agua resultaba pesada y el viento te resultaba muy fuerte, al punto de que algunos vestidos fueron diseñados para simular que están volando”. Lucía creció en Bernal y Juliana en Tierra del Fuego: cuando se conocieron en Ciudad Universitaria comprobaron que ambas habían aprendido a bordar y a coser en su primera infancia y con la complicidad de sus respectivas abuelas. Sus prédicas estéticas están en sintonía con la actual revalorización de los oficios de antaño.
Cuando BAF aún estaba despabilándose, el martes al mediodía, Pablo Ramírez presentó Ramírez DENIM, la versión estival de una población de devotos del jeanswear con corte y precisión sartorial que continuó con una alianza iniciada durante el invierno: se trata de la firma Santana y de su apartado premium Loco Serious Denim. Cautivaron tanto los pantalones pata de elefante como las chaquetas cortas y muy ceñidas con jeans rectos y faldas lápiz, las remeras de algodón con logo y slogan celebratorio de quince años de la firma y democráticas zapas blancas. Una nueva tipología irrumpió en la campera de jean con forma de pantalla y caída evasé. Asomaron fabulosas reversiones del uniforme de trabajo gris oscuro, batones falda plato y también “enteritos” de trabajador largos y en versión bermudas para culminar con una impronta más prêt-à-rocker: microshorts y vestidos negros con volados. El bonus track fueron las camisas blancas y las blusas de seda con infinitos jabots, los lazos en la cintura y las corbatas preciosistas que llevaban las y los modelos.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux