CONSEJITOS DE MARU BON BON
Estimadetes/estimadotes/estimaditis agudos/das, sed felices mientras la sed no los seque y mientras la vida les ofrezca oportunidades que Uds. como buenos/nas alumnetes de esta colugna sabrán tomar y si no masticar y no siendo así podría ser chupar, sorber, amasar, regustar, querer y poder, poder y pinchar y así podríamos seguir con la libre asociación de verbos/bas y palabras/ros que de pronto encienden las partes que merecen algo de luz en este valle de lágrimas, neblina y frío a que nos condena la proximidad mundialista (y qué buenas patas tienen los angoleños o angoleses o los de Angola, por simplificar, que no son ni angulos ni anglicanos y sin embargo) y la ausencia de pantalla plana que tan bien le hacen a los canales codificados, por no hablar del muchacho que los conecta sin cargo, o con un cargo menor de pago único que le hace gambetas a su operador y a su operadora la deja más tibia que caramelo derretido y bue, vamos a lo/la nuestro/tra que era el tema del exceso antes de cometer el primero que es el de seguir al infinito escribiendo, escribiendo, escribiendo...
1. Jamás de los jamases escuche todo/da lo/la que le/la dicen/en: Porque siendo así Ud. debería tomar pastilla para resaca un rato antes, pastilla para efectividad asegurada al mismo tiempo, tener listo el apio para cuando de hambre, el humo para cuando falte, el juguete para cuando dea la oportunitud, las uñas cortadas por temor a lacerarse y el cuerpo limpio y perfumado en cualquier ocasión. El resultado es que a la segunda o tercera vez terminará poniéndose el apio en el culo/la, tomando la pastilla para despertar a la hora de dormir, mojando el juguete en roquefort y viendo Discovery Kids antes de lo previsto porque se puso la goma en la nariz en lugar de hacerlo donde correspondía. ¡Mesura! Que el placer también tiene sus tiempos y ni hablar de los que corren.
2. Dígale sí a la actividad física, a la acrobacia y la elongación: Ya lo hemos dicho, pero ahora lo repetimos en un coro feliz y animado, porque es a coro como mejor se canta, se chilla, se sufre, se goza y se amontona la gente libre y sin prejuicio que ha cuidado tan bien de su estado físico que es capaz de hacer de un baño un nido de amor, de bajo el escritorio un pesebre, de un colectivo una excusa para el riesgo. Quien improvisa gana, pero para eso hay que estar en estado, valga la redundancia.
3. Del dolor como fuente de arrugas y del amor como exfoliante natural: Si Uds. querían saber a qué nos referíamos (perdón por el plural pero es que hoy no puedo hacer callar a mis múltiples personalidades) con los excesos que envejecen, pues aquí van, porque no crean que todo lo que sobra hace bien al cuerpo, que hay que ver lo que se padece cuando pesan las cachas o cuando pesa lo/la/le que a una se le ha subido encima. Porque si hay excesos que envejecen son aquellos que se padecen por pura angurria, a saber, querer abrir orificios donde no los hay, meter en los mismos lo que está destinado a salir (que no todo lo que sale tiene que entrar ni mucho menos tragarse) o agolparse en la puerta cuando la puerta no se abre por pura voluntad. Es así como se marcan las arrugas, el tiempo se imprime y el amor le esquiva el bulto, pero por pura falta puede ser que la lágrimale quite lo que está sobrando y así, naturalmente, ¡se renueve su piel! (pobre consuelo, pero muy de moda ¿o no?
Y bueno, como es un día excedido y ya me pasé de la cantidad de rayitas que tenía que llenar, mis adorables amigue/te/tas, confórmense con saber que de lo que sobra se vuelve y de lo que falta se llena y si necesita más datos llame al 0800 maru, siempre y cuando encuentre un tel con argolla, no olvide menear la horquilla. ¡Adieu!
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