El culto por la vida sana, al aire libre y deportiva no debe descuidarse en el invierno, aunque lógicamente las opciones se reducen. Desde luego, en esta sección consideraremos únicamente los deportes más “in” en nuestro país, orientadas por Leticia Vigil y su manual Buenas maneras (Javier Vergara, 1991). Primero y principal, nos advierte la autora, “cada deporte tiene sus reglas que es preciso respetar, porque al establecerlas seguramente la primera preocupación ha sido la seguridad física de los participantes”. Como norma general, huelga señalarlo, no se debe practicar ninguna actividad de este tipo sin conocer sus reglamentos y riesgos: “Si esta indicación general no se respeta, se puede llegar a tener desagradables accidentes o pasar tremendos papelones”. Según la señora Vigil, el tenis es un deporte que cada día se populariza más, pero no por eso se pueden pasar por arriba ciertas exigencias de cortesía: en primer término, la puntualidad. Con respecto a la vestimenta, es un alivio saber que hoy “la exigencia del blanco total ya casi no existe y se permite la fantasía en los colores de camisas, remeras y zapatillas, pero sería muy mal visto jugar con zapatos de golf un partido de tenis”. Tampoco es de buen gusto pedir prestada la raqueta.

El golf, por su lado, es aconsejable practicarlo con jugadores que tienen el mismo handicap, porque de lo contrario se puede pasar un verdadero bochorno. Está permitido hablar mientras se camina de un hoyo al otro, pero es imperdonable toser, intentar conversar o hacer ruido con los palos mientras el compañero está concentrado en hacer su drive o en tirar la pelotita al hoyo. Cuando por alguna razón se juega sin caddy, es de mínima cortesía ayudar a buscar la pelotita extraviada. Aunque el golf parezca un deporte tranquilo y relajado requiere conocimientos específicos, por lo cual “es indispensable tomar clases antes de empezar a jugar”. Pero sin lugar a dudas, el deporte invernal por excelencia es el esquí, especialmente ahora que llegan las vacaciones de julio. Lo ideal, dice Leticia Vigil, es aprender a practicarlo en la infancia, “pero si se ha llegado a la edad adulta y quiere arriesgarse, puede hacerlo siempre y cuando se ponga en manos de un buen profesor”. Naturalmente, se necesita un traje impermeable, botas y guantes especiales. “Es un deporte caro”, nos avisa la autora de Buenas maneras, “debido al costo de los hoteles en temporada alta, de los esquíes y demás”. Por eso es el más “in”. Sin embargo, vale el gasto porque da mucho status y es de lo más divertido.