INUTILíSIMO
Soñar no es de ningún modo una actividad inocente o azarosa, como querrían creer algunas personas, según se prueba en la nota La interpretación de los sueños, publicada por la revista Mucho Gusto de mayo de 1972. En principio, entonces, “todo sueño es el testimonio de un hecho vivido, deseado, anhelado e inclusive puede configurar el anticipo de un mensaje, de algo que habrá de producirse o de sucedernos”, afirma el citado artículo. “Y cuando declaramos no haber soñado, la verdad científica es que estamos reprimiendo algo, un acontecimiento o un deseo que evidentemente no hemos logrado materializar cuando estábamos despiertas”.
Porque cuando dormimos nunca lo hacemos como ángeles –que, como todo el mundo sabe, no tienen ni sexo ni (por lo tanto) inconsciente– sino que “nuestro subconsciente sigue su tarea –cual silenciosa computadora de situaciones– para brindarnos, a veces en forma clara y directa, pero con frecuencia de manera codificada, las respuestas a problemas no resueltos durante el día”.
Más adelante, la nota de Mucho Gusto nos asegura que las modernas técnicas de indagación psicológica nos permiten llegar al trasfondo del pensamiento inconsciente para así comprender realmente las conductas humanas. Pero resulta que hay personas que se resisten a conocer estas verdades profundas, y para evitarlo tratan de no dormirse: he ahí toda la explicación del problema del insomnio en opinión del mencionado trabajo, que cita elogiosamente al “destacado psicoanalista Wittels, quien coincide plenamente con esta teoría”.
Al parecer, soñar en colores implica un genuino desbordamiento de represiones conscientes, que nos puede hacer entrar en una fabulosa gama de tonos y en imágenes bizarras como la que ilustra esta sección, “cosas que la mediocridad de la vida cotidiana suele negarnos”. Asimismo, hay personas que sueñan con aguas claras y diáfanas, “símbolo de un elemento básico de nuestro planeta, y una confirmación o un anticipo de buenas relaciones humanas”. En cambio, deben prestar atención quienes sueñen con barro o aguas turbulentas, “casi siempre una advertencia de hechos negativos”.
Tampoco deben desentenderse aquellas personas que tienen a menudo sueños eróticos vívidos y detallados que las comprometen en situación de infidelidad, “ya que constituye un aviso de que la situación de pareja está experimentando una fisura delicada que debe ser reparada”. A pesar de todo lo enseñado, nos conforta Mucho Gusto, no debemos atemorizarnos frente a la índole de ciertos sueños, sino más bien tratar de buscar su interpretación con el concurso de un especialista, que bien puede serlo en parapsicología si se trata de descifrar sueños premonitorios, que anticipan sucesos que han de ocurrir a corto o largo plazo. Porque el futuro no está en las palmas de las manos sino en los sueños nuestros de cada día.
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