Aunque les parezca una perogrullada, hay que aprender a tender debidamente la cama, con el mejor sistema que –como sostiene la revista Vivir Bien, Buenos Aires, junio de 1943– “no lo encontraremos en el hotel más cálido y lujoso, sino en el sanatorio más moderno”. Tal como lo leen, y esto se debe a que en este último lugar tienen razones muy especiales y evidentes para lograr que una cama no se deshaga con facilidad, ya que debe mantenerse confortable y arreglada durante todo el día, aunque la persona se mueva, con sábanas y mantas bien firmes y tirantes, pero sin oprimir.

He aquí algunos pasos señalados por Vivir Bien para preparar un lecho acogedor e impecable, sobre todo ahora que se aproxima el fresco otoño, preámbulo del invierno:

1) Ante todo, disponer, como mínimo, de seis sábanas y tres fundas por cama: un juego en uso, otro guardado y otro para lavar. Desde luego, cuatro juegos sería ideal, por si se produce algún retraso o complicación.

2) Todas las mujeres saben que hay que dar vuelta el colchón, pero pocas tienen presente que también hay que cambiar la parte usada en la cabecera y llevarla hacia los pies semanalmente para evitar que se formen marcas.

3) Como regla general, la sábana debe tener un doblez de 15 a 20 centímetros bajo el colchón.

4) En vez de doblar la sábana en cuadrado, se la asegura mejor al colchón si se dispone el excedente de la tela en triángulo, en la cabecera y en los pies.

5) La sábana superior se coloca con la parte del revés hacia arriba, de modo que al doblar el borde sobre las frazadas, la costura del derecho quede a la vista.

6) En invierno es aconsejable colocar las frazadas un poco altas y entrarlas bien bajo el colchón.

7) Si la persona gusta de dormir de espaldas, se hace un pliegue o tabla con la sábana y la frazada paralelo al borde de los pies, detalle que permitirá moverse durante el sueño y dará cierta libertad a las extremidades.

8) La manta o edredón se dispone como cubrecama en invierno, sin entrarla.

9) No sabremos tender perfectamente una cama si no aprendemos a colocar correctamente las fundas: la almohada debe apoyarse sobre nuestro cuerpo mientras las dos manos quedan libres para calzar prolijamente la funda.

10) Las mejores sábanas de hilo, un colchón a la vez firme y suave, mantas de vicuña o de lana resultarán más confortables y lucirán mejor gracias a esta forma de tender la cama. Porque esa perfección que tanto admiramos en los sanatorios es posible tenerla en nuestra casa merced a estas inapreciables instrucciones que deberemos agradecerle eternamente a la revista Vivir Bien.