“Quienes se ubiquen frente a la pantalla luego de probar la nueva fragancia (...) serán inmediatamente interceptados por mujeres virtuales que se proyectan en busca del ‘seductor’. El participante no podrá deshacerse tan fácilmente de ellas, ya que si decide moverse las acosadoras automáticamente lo seguirán hasta alcanzarlo.” Llegado ese punto de la gacetilla (que estamos leyendo y transcribiendo), nos invade la admiración por la épica tecnológica: nada más ni nada menos que 15 meses de trabajo de “especialistas en distintas disciplinas como animación de imágenes 3D, captura de imágenes, procesamiento digital, reconocimiento de objetos, e interacción con el sistema de 3D, todo en tiempo real”, fueron necesarios para que tan audaz emprendimiento viera la luz. Que ahí no termina todo, no sufráis, amigas y amigos, porque afortunadamente “esta novedosa acción se enmarca dentro de la campaña de las Academias (...) que proponen darle una vuelta de tuerca al arte de la seducción (la cursiva es nuestra, perdón) utilizando como herramienta infalible la nueva fragancia”, porque para alivio de este mundo que tan necesitado de nuevos estereotipos anda, ¡hay más actividades! Tal parece que, dentro mismo de un boliche top de La Feliz, la marca que nos tiene acostumbradísimas a campañas a cual más misógina (¿pistas? Es un desodorante, todas sus piezas publicitarias intentan ser agudos chistes sobre las conductas animalmente pasionales que el no-olor-a-chivo puede despertar en las chicas...) ha deparado a los consumidores impresionables un espacio “que recrea un aula de facultad en la que los chicos pueden rendir exámenes con preguntas relacionadas a la seducción y ganar importantes premios”. Lo que se dice una idea con respeto por el género...