Amagaron, amenazaron, dudaron y hasta se demoraron unos meses, como quien maneja los hilos del misterio con la misma maestría y precisión que iban aplicándose a cada uno de los (deben ser millones) circuitos de las (muchas, muchísimas) placas del engendrito. Nos corregimos, que ahora que lo vemos “engendrito” suena poco respetuoso para con ¿alguien? que desde su mismo y tecnológico nacimiento es considerado la mismísima “perfección”, vale decir aquello tan pero tan acabado que darle retoques sería imposible. Lo habíamos anticipado hace meses, pero su presentación en sociedad al mejor estilo baile de COAS recién fue el día que despuntó 2006. Hela aquí (mejor dicho allí, en Japón, no aún entre nosotr@s): nada más y nada menos que Actroid, la chica robot más bella y políglota del universo, la hija dilecta de industrias Kokoro que en un principio fue creada para ser recepcionista pero que, ahora, resulta que viene a trabajar en pro de la belleza y el amor del mundo. Japonés, chino, inglés y coreano, ningún idioma del futuro le es ajeno a esta chica recubierta de silicona (precisamente la cualidad que le valió ser tildada de perfecta por sus fabricantes, ejem) cuyo mercado finalmente será... ¡cuidar a ancianas y ancianos!, habida cuenta de que la población japonesa envejece a pasos agigantados y parece que se va perdiendo la costumbre de que las muchachitas de carne y hueso se dediquen a la faena. Eso, en la versión oficial, porque también dicen por ahí que el futuro de la chica, en realidad, está en hacer la competencia a ciertas muñecas inflables.