MONDO FISHON
› Por Victoria Lescano
El centenario del nacimiento de la diva del cine mudo Louise Brooks coincide con constantes homenajes a su peinado en las pasarelas y las producciones de moda de 2006. Denominado bob, paje, corte garçonne, peinado a lo Buster Brown o casquete, el artilugio fue ideado en 1919 por un peluquero polaco llamado Antoine (un excéntrico que solía usar levitas de satén blanco y dormir en sarcófagos) para que la actriz Eve Lavalliere pareciera más joven durante sus actuaciones en la Comedia Francesa.
El casquito de Brooksie (así llamaban afectuosamente a la actriz nacida en Wichita) fue, en cambio, bocetado por su madre y pergeñado por un peluquero infantil de Arkansas como complemento de los tutús caseros que ella usaba. Una vez radicada en Nueva York como bailarina de la escuela Denishawn, Louise Brooks perfeccionó el corte en el atelier del célebre peluquero Saveli.
Como contó la actriz en Lulú en Hollywood, su autobiografía, “todo fue muy simple, el flequillo arriba de las cejas, la nuca muy marcada y el pelo cayendo en puntas sobre las mejillas. Mi amiga Constance me dijo, cara de tarta, empiezas a parecer humana”. En 1927, el texto de difusión del film Evening Clothes (El vestido de etiqueta) rezaba: “El corte de Louise Brooks era una combinación de los peinados de Pola Negri, Florence Vidor y Coleen Moore, conservando los rasgos distintivos de cada una: el estilo holandés de Moore adelante, el efecto lateral del de Negri y la nuca como el de Vidor”.
Una década después de practicar y dar lecciones de estilo en la cabeza de Eve Lavalliere, Antoine se radicó en los Estados Unidos y abrió una peluquería en Saks Fifth Avenue desde la cual opinó sobre las flappers americanas y consideró a sus peinados poco refinados. Excepto por el de Brooksie, al que calificó de “aceptable y favorecedor a la cara”.
El pelo corto con rasgos garçonne devino fetiche de los 20’s y un rasgo esencial de las mujeres emancipadas. “Cada vez que una mujer se corta el pelo, su matrimonio se derrumba”, señaló la revista Photoplay, mientras que en los Estados Unidos la cruzada moralista contra el corte bob fue disparador de un ensayo de la Universidad de Arkansas en el que se afirmaba que las mujeres de pelo largo tenían las mentes más interesantes.
Tanto la clásica biografía de Louise Brooks escrita por Barry Paris como la reciente firmada por el historiador Peter Cowie son documentos para apreciar sus variaciones sobre el peinado: con sombreros cloche, con velo para protagonizar el film La Caja de Pandora, o en las escasas ocasiones en que posó para Hollywood sin flequillo y con pelo largo adornado de gestos anticipatorios de Bettie Page, o bien ese pelo largo, larguísimo, que Louise B. prefirió llevar en su vejez.
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