Vie 19.05.2006
las12

EL MEGáFONO

La violación masiva como arma

El 3 y el 4 de mayo, el pueblo mexicano de San Salvador Atenco fue rodeado por más de tres mil policías que tenían orden gubernamental de reprimir. Los oficiales iniciaron un operativo en el cual fueron agredidas sexualmente y violadas alrededor de doce mujeres, murió un niño, fueron saqueadas las viviendas y encarcelados más de 200 estudiantes y campesinos. El movimiento de mujeres y ONG de derechos humanos están presentando el caso ante organismos internacionales. Aquí transcribimos la carta abierta que las mujeres de Atenco están haciendo circular.

“Las mujeres, trabajadoras del campo y la ciudad, amas de casa, estudiantes, etc; presas políticas desde el día 3 y 4 de mayo del presente año, nos sentimos indignadas por el auto de formal prisión dictado desde el 10 de mayo. No sólo fuimos insultadas, humilladas, golpeadas, torturadas, abusadas sexualmente y violadas sino que ahora somos también presas y delincuentes. Hemos vivido la represión, no sólo como luchadoras sociales sino también como mujeres desde un modo particular, porque si bien los hombres fueron más golpeados, nosotras fuimos atacadas sexualmente y violadas. Estuvimos sometidas a todo tipo de represión durante la detención, primero con insultos tales como: “eres una puta”, “pinche perra maldita”, “te vamos a violar como la puta que eres”, etc.; y no conformes con golpearnos a algunas hasta perder el conocimiento, nos amenazaban con matarnos y desaparecernos, incluso torturarnos para decir los datos de nuestros familiares con la amenaza de matarlos a ellos también.

Nada nos podrá sanar el abuso sexual y la violación, fuimos tocadas, pellizcadas, pateadas, golpeadas con puño, tolete, macana y escudo en nuestros senos, nalgas y genitales, mientras seguían amenazándonos fuimos mordidas en senos, pezones, orejas, labios, lengua, etc., unas penetradas con dedos y objetos, algunas obligadas a hacerles sexo oral, mientras se burlaban de nuestra condición de mujeres.

A pesar de los abusos a los que fuimos sometidas, seguimos siendo víctimas de negligencia médica, algunas debimos ser vendadas y curadas desde el día que llegamos, algunas tenemos infecciones vaginales, algunas tenemos infección en las heridas, otras que no podemos ni sentarnos aún por todos los golpes recibidos, y a pesar de todo seguimos con la huelga de hambre, porque no daremos ni un paso atrás en esta lucha, porque queremos justicia para todas y todos porque si debemos luchar desde esta prisión así lo haremos. ¡Seguiremos siempre en pie como hasta ahora!

¡Pueblo, alza tu voz hasta curarle a la Justicia la sordera, que se alce también tu razón y tu cordura. Si nuestras manos aquí adentro no pueden hacer nada, que lo haga nuestra palabra!

¡Que nos devuelvan la libertad!

¡Que tengamos justicia por el abuso físico, sexual y las violaciones!

¡Que a nadie le sea indiferente el dolor que todas y todos pasamos!

¡Presas políticas en libertad!

Las mujeres presas políticas abajo y a la izquierda en pie de lucha.

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