TALK SHOW
Gira mundo, llévame a otro lugar... Un día quise ver lo que mis ojos no alcanzaban... Me faltan las palabras, pero quien habla es la música... Invento un nuevo amor en ese lenguaje universal...”, canta Fernanda Porto en el primer tema de su último disco, Giramundo, perfecto regalo de Reyes para amantes de ritmos brasileños, con los oídos (y la cabeza) suficientemente abiertos para apreciar la incorporación, bien amalgamada, de elementos acústicos y armónicos sofisticados. Mezcla rara de erudita y popular, Fernanda Porto es una creadora excepcionalmente talentosa que compone, toca varios instrumentos, canta y escribe las letras de sus temas (algunas con el aporte de Lina de Albuquerque). Desde muy chica irresistiblemente inclinada a la música, en cuanto pudo comenzó su formación académica; discípula de H. J. Koellreuter, estudiosa de la vanguardia electrónica, Porto también cursó canto lírico con la idea inicial de experimentar con la voz. Su primer CD, suerte de autorretrato llamado precisamente Fernanda Porto, de fines del 2002, la convirtió en la diva del drum’n’bass brasileño, en su propio país, en Europa y Estados Unidos, a través de exitosas giras y la difusión en la radio y pistas de baile.
FP se tomó su tiempo para parir su segundo disco en el 2005, Giramundo, donde su compleja y rica personalidad musical se expande atravesando barreras hechas a veces de preconceptos y desconocimiento. En esta oportunidad invitó a músicos como el bajista Doug Wimbish y el baterista Will Calhoum, de Living Colour (quienes aceptaron con la condición de que Fernanda incluyera un tema que les encantaba, Vilarejo Intimo, de su primer CD); el guitarrista Ulisses Rocha, el percusionista Marcio Forte, el tecladista Cesar Camargo Mariano. Y si bien en esta oportunidad el drum’n’bass dejó de ser el eje estilístico principal, al incluir en el repertorio el tema (y la interpretación) de Chico Buarque, Roda viva, Porto deslizó “un poquinho de drum’n’bass, y él adoró”. Giramundo, editado localmente por Ultrapop, es entonces un disco de apertura integradora en varias direcciones: hacia el mundo, hacia otras sonoridades, que disuelve presentes fronteras.
“Al viajar, me encontré con ritmos y estilos muy diversos que ampliaban mis posibilidades de expresión”, dice Fernanda Porto a Las/12. “Me interesó que muchos de ellos se basaran directamente en el significado de las letras. Siempre me gustó la experimentación de cosas nuevas. Para la música de Mundo Cane, invité al grupo de Taiko Drums, Fushu Daiko, que conocí en los Estados Unidos, Ben Miller y Fernando Moraes.”
En las canciones de Giramundo se mueve el planeta Tierra, circula el dinero, la pelota hace gol y el pensamiento de Porto se lanza a mil por hora: “No me lo propuse con premeditación. Me di cuenta de que el movimiento era una cuestión recurrente cuando el repertorio estuvo listo. Y que incluso Roda viva, de Chico, se suma a ese impulso”. La compositora, cantante, pianista, etc., reconoce que “el de la composición es uno de los últimos bastiones que está conquistando la mujer. Hoy en Brasil tenemos muchas intérpretes que crean sus propios temas. Creo que a las mujeres les gusta sentirse representadas por una creadora. Aunque debo decir que en mi país tenemos a alguien como Chico Buarque, considerado el compositor que mejor entiende el alma femenina”.
Para Fernanda Porto, a esta altura de la soireé, “ser mujer y creadora son dos cosas que marchan juntas, no podría separar una de la otra, aunque a veces sea difícil equilibrarlas, pero se supone que la mujer ya se apropió de su derecho a realizarse profesionalmente sin asustar a los hombres...”. Para esta artista, los estudios de composición, de corrientes musicales de vanguardia, de canto lírico, “fueron muy importantes, pero no tanto como la práctica, los viajes, el intercambio. Ya desde la facultad fue muy bueno comenzar a componer música para las películas, una actividad que te lleva a buscar y a encontrar soluciones inesperadas. En cuanto al canto lírico, me entusiasmaron las posibilidades extraordinarias de la voz humana, pero siempre detesté a los cantantes que aplicaban el timbre lírico al canto popular”.
Fernanda Porto se congratula de haber contribuido a abrirle camino en el Brasil a la música electrónica. “Me hace feliz haberla puesto al alcance de todo el mundo, junté mis dos mitades. Creo que cada texto, cada letra necesita su propia banda sonora, un estilo propio y diferente. De todos modos, a menudo comprendo más profundamente el significado de mis canciones cuando percibo la reacción del público, que es el que le da el sentido final.”
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