TALK SHOW
› Por Moira Soto
El alumbramiento de las trece bailarinas y el (único) bailarín se produce en escena, una vez instalado el público en los asientos, y a partir de ese momento inaugural una energía al parecer inagotable empieza a liberarse a través de una serie de danzas, rondas y jaleos que se suceden en una atmósfera que rezuma vitalidad, erotismo, religiosidad. Como fuerzas de la naturaleza que acuden a una invocación atávica y se entregan a ritmos obsesivos hasta convertirse en médiums en un espectáculo que se llama, precisamente, EntranSe. Un arrebatado ritual de danza afroamericana creado y dirigido por Julieta Eskenazi para la compañía Oduduwa, formada en 1998 con el objetivo de homenajear a la raza negra en el Río de la Plata, y que presentará, entre otros shows memorables, Mitología en movimiento.
Eskenazi es bailarina, coreógrafa y docente, especializada en técnicas de danzas afro que estudió en La Habana y en el Centro Cultural Rojas (con Isa Soarez). En 2004 ganó una beca para hacer cursos de perfeccionamiento de la técnica Silvestre y Danzas Orixás en Bahía, donde también se formó en Teoría sobre la mitología afro yoruba. Fue entonces cuando empezó a gestar el zarandeo místico que se estrenó recientemente en el Beckett. “Tenía ganas de contar un afro más moderno, más actualizado”, dice Julieta Eskenazi. “Hago danza contemporánea paralelamente y empecé a sentir la necesidad de unir estas dos técnicas.” Entre los distintos materiales que se procuró en su investigación, se detuvo particularmente en las fotos de Pierre Verger, atraída por su movimiento, sus figuras, la plasticidad de los cuerpos. A la vez, JE supo que quería un toque más contemporáneo en la música, no usar exclusivamente tambores sino apelar también a sonidos electrónicos. Así fue como llegó a Ramiro Musotto, un argentino afincado hace años en Brasil que le permitió usar sus composiciones (el excelente disco que las contiene, Sudaka, fue editado localmente por Años Luz).
“Me di cuenta de que el relato que se estaba armando me llevaba a transitar diferentes estados, emociones, y a salir desde otro lugar”, comenta la bailarina y coreógrafa que en Bahía advirtió que las celebraciones religiosas, después de todo el ceremonial, terminaban con una fiesta bien popular en la calle: “Me llamó la atención porque acá estamos acostumbrados a que las festividades religiosas sean más serias, más solemnes. Por eso, la obra termina muy arriba”. El título EntranSe se impuso naturalmente, no sólo porque en los cuadros se entra de una manera y se sale de otra, sino porque también se da una situación de trance en algún momento. Al revés de las liturgias judeocristianas, en las danzas afro hay mucha participación del cuerpo en su máxima expresividad. La directora, desde luego, trabajó en la estilización y la síntesis de esos rituales para armar la coreografía. A las cuatro integrantes de Oduduwa se sumó una chica de Bahía y bailarinas formadas por Eskenazi en el San Martín.
El frenesí arranca con Ibaragó: el grupo sale de la posición fetal y pasa al saludo orixá típico de los ritos de candomblé. A continuación, Torcazas neuquinas, donde prosigue el movimiento hacia los altares, antes de un rito argelino sólo de mujeres, de purificación, con mucha agitación de las cabezas, que deja a las bailarinas rendidas pero contentas, tiradas en el piso. Ijexá es un baile en fila, de tránsito hacia otro sitio, seguido de Raio, el momento más alto del trance, al que se está entrando por primera vez y lo que se ve es la esencia de una ceremonia de iniciación. Prosigue la rueda de Xavantes, donde se elige a personas para determinadas funciones, y luego Baxaca, parte del rito para pertenecer a la religión del candomblé. Oxumaré remite a un dios representado por un arco iris y una serpiente, el cambio y el movimiento constantes, físicos y espirituales. Para finalizar, Botellero, con toda la comunidad bailando antes de los saludos del cierre.
Premeditadamente, el vestuario evita estridencias de color, diseño folklórico. La directora prefirió ropa de calle, tonos claros, como para demostrar que bailar afro está al alcance de todo el mundo. Los pies descalzos y los pelos batidos son los únicos rasgos alusivos al origen de las danzas, que remiten a elementos de la naturaleza transformados en arquetipos: “Esas energías están dentro de nosotros, sólo hay que buscarlas. No importa si sos negra, amarilla, verde o violeta. Son universales porque son humanas”.
EntranSe, todos los domingos a las 21, en Beckett, Guardia Vieja 3556, a $ 15, 4867-5185.
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