Vie 21.02.2003
las12

TALK SHOW › TALK SHOW

Por ese palpitar

› Por Moira Soto

“Más de la mitad de este premio es suyo, le corresponde”, decía en el ‘97 Dario Fo al recibir el Nobel de Literatura, refiriéndose a su mujer desde hace 50 años, la actriz y escritora Franca Rame. Fo, a quien para sorpresa de muchos y no poco disgusto del Vaticano se le otorgó ese premio “por fustigar al poder y contribuir a restaurar la dignidad de los humildes”, no pensó ni un instante en rechazarlo al estilo Sartre: fiel a sus divisas de solidaridad, la guita fue a parar a una fundación, el Nobel de los Desvalidos, que lo primero que hizo fue comprar una flota de transporte para discapacitados. Es decir, Fo y su compañera de toda la vida no enfriaron su calentura política y social de altri tempi, cuando a fines de los ‘50 dejaron de lado los circuitos y las salas tradicionales para ofrecer sus creaciones en fábricas, casas de familia, plazas, a menudo en forma gratuita. Y cuando se ganaban algunas liras, porque de algo hay que vivir, parte de ese dinero lo donaban a los más necesitados. Sí, hijas, todavía hay gente de esta calaña en el planeta Tierra, a la que no la achanchan ni el éxito ni la edad.
Porque Fo y Rame, que escribieron numerosas piezas teatrales –juntos y por separado– han obtenido gran suceso internacional, particularmente en Latinoamérica. Estuvieron en Buenos Aires en 1984, en el San Martín –él hizo su célebre Misterio Buffo, ella algunos monólogos feministas– y se removió el avispero de los católicos integristas, hubo escándalo en la sala y Fo invitó a subir al escenario a los rompebolas. Es que el escritor y actor ya venía fogueado de Italia, donde sus sátiras durísimas al poder económico y político de la Iglesia oficial le valieron incontables procesos. No por casualidad, la última pieza de Dario Fo, presentada en el 42º festival de Spoleto, se llama San Francisco, juglar de Dios. Naturalmente, se trata de un Francisco despegado de la estampita habitual, cuyo famoso sermón de Bolonia se convierte en un alegato antibelicista. “Fue un subversivo, tuvo una vida de absoluto renunciamiento, su imagen fue endulzada, desfigurada y así se convirtió en el Santo más censurado de la Historia. Se definió como juglar en una época en que los de este oficio eran perseguidos”, señala Fo.
En la Argentina se ha visto una buena cantidad de piezas de Fo y Rame, entre las cuales vale citar el impacto de Muerte accidental de un anarquista, que protagonizara Patricio Contreras. En el curso del mes pasado se estrenó Pareja abierta, originariamente monólogo, luego transformado en pieza de dos personajes (Cecilia Rossetto y Adrián Ghio la hicieron hace unos años en el Empire). Esta nueva versión de las delirantes alternativas de un matrimonio desigual, signado por el machismo falluto de él y la sujeción masoquista de ella, está protagonizada con gracia contagiosa por Daniel Fanego y Ana Acosta. La puesta de José María Muscari que juega hábilmente con los saltos en el tiempo y la actitud de diálogo de los personajes hacia la platea, llega al desenfado de que ellos, Antonia y Pío, pongan en evidencia la representación, sin que se corte la credibilidad de la historia (“La escena termina acá”, dice ella; “Yo también entro y salgo del personaje, estoy en el teatro de la ruptura”, dice él). El caso es que Antonia, que ha sufrido mucho las infidelidades de Pío, para preservar la relación acepta la propuesta de él (“nuestra pareja se va a salvar si somos capaces de cambiar nuestra actitud cultural, la fidelidad es un concepto indigno; la familia, elmatrimonio están ligados a la defensa de los grandes privilegios del patriarcado”, le dice el muy turro y falso progre), que sólo busca blanquear sus historias clandestinas. Después de años de aflicción, de intentos de suicidio (“no, con ese revólver no, que no lo tengo registrado”, la frena alguna vez él), ella logra separarse del “eyaculador serial”, como lo llama, y se consigue un novio como la gente, diez años más joven. A él, claro, le da un ataque. “Basta de teatro”, le dice ella al tipo que amenaza con matarse, y al público: “No se va a disparar, porque si lo hace mañana tendría que buscar a un actor que lo reemplace”.

(Pareja abierta va de jueves a domingos a las 21 en el Picadilly, Corrientes 1524.)

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