TALK SHOW
grande, Pam
› Por Moira Soto
Pam Grier era a Jack Hill lo que Marlene Dietrich a Joseph von Sternberg”, declaró, sin necesidad de salvar ninguna distancia, Quentin Tarantino al presentar ese gran homenaje al cine de blaxploitation de los ‘70 que fue Jackie Brown (1998). Película regiamente estelarizada por la emperatriz de aquella corriente de producciones hechas (con la participación de algún blanco) por negros y para negros, y basada sobre una novela de Elmore Leonard, cuyo personaje principal –la azafata de la compañía trucha Cabo Air– era una blanca. Pero Quentin decidió que fuera negra y tuviese los rasgos bien marcados, las curvas rotundas y la sabiduría de la sobreviviente dignísima de Pam Grier. El director reconoció sin vueltas a Hill, que dirigió a la bella morena en Foxy Brown (1974), entre varios otros films, como el padre espiritual de Jackie B. y sus cicatrices del alma.
Bueno, damas (y caballeros) propensas al cine de culto de serie B, que quizás conocieron algunas muestras de la blaxploitation o que se enteraron de su existencia y morían por acceder a estas míticas pelis, vuestra hora ha llegado. La señal de cable Retro, meca de cinéfilas eclécticas y aventureras, está emitiendo una retrospectiva de esas que justifican pagar el (carísimo) cable o visitar a amigas o amigos que lo tengan, con un vodka bajo el brazo para estar a tono con aquella época que en parte ha vuelto merced a los pantalones Oxford, ciertos marcos de anteojos, solapas apaisadas, vinilos, estampados con un toque psicodélico... Todo lo que rebosan las producciones con la gran Pam que se podrán ver a partir del próximo lunes, a saber: Black Mama, White Mama (1972), el 14 a las 23 y el 22 a la 1: se trata de una versión en femenino de Fuga en cadenas (1958), aquella de Tony Curtis y Sydney Poitier, prófugos inseparables a su pesar, y en este caso ya saben quién es la negra, prostituta para más datos, mientras que la blanquita, guerrillera ella, la encarna Margaret Markov; el 21 a las 23 va Friday Foster (1975), con P.G. en el rol de una reportera gráfica aguerrida, astuta detective amateur, lista para soltar sus magnas tetas en un baño de espuma en compañía de algún amante y burbujeantes copas de champaña, y también para robarse un coche fúnebre si hay que atrapar criminales, con una participación especial de la felina Eartha Kitt que, ay, no canta pero ronronea; y el lunes 28, a las 23.45, chan-chan, chan-chan, ¡¡¡Coffy!!! (1973), legendaria realización de Jack Hill, venerada por Tarantino, con la imponente Pam –como siempre con menos problemas que Coca Sarli para liberar sus lolas si la ocasión lo amerita, y si no, también– de enfermera diurna y vengadora solitaria de noche, capaz de volar primero literariamente y después literalmente cabezas de narcos (su hermanita menor está en un centro de recuperación, y otros miembros de su familia han sido víctimas de iniciadores). Hay que verla rutilante, con su mata de pelo mota a lo Angie Davis, escondiendo paquetitos de cocaína en sus rizos y enseguida manteniendo una lucha cuerpo a cuerpo con varias relamidas prostis rubias sin que se le caiga ni un gramo de nieve.
Pam Grier (1949) había llegado a L.A. a los 18 en pos de laburo y muy pronto consiguió un papelín en una soft porno de Russ Meyer. Roger Corman, sagaz como de costumbre, la recomendó a Jack Hill para The Big Doll House (1971), del género chicas en prisión: gran suceso que llevó a P.G. a otras del rubro (Women in Gage y The Big Birdcage, de nuevo con Hill y en tonito paródico). Más tarde, en 1975, Pam hace en Cinecittà, Roma, The Arena, liderando a mujeres gladiadoras con pelo afro en la Antigua Roma. Comosiempre, chica dura, insobornable, autónoma... Ojalá que a los de Retro se les dé por programar un ciclo lo más completo posible de este icono de las feministas de los ‘70, sin dejar de lado su relumbrante madurez en Jackie Brown.