“Las nenas usan, cada vez desde edades más tempranas, tacos o taquitos. Esta moda es mucho más nociva en las niñas que en las mujeres, sobre todo porque el pie no ha terminado de desarrollarse y estos zapatos son antinaturales para el desenvolvimiento del pie”, advierte Gastón Slullitel, médico traumatólogo de la sección de cirugía de tobillo y pie del Hospital Italiano. Sin embargo, es habitual ver los mismos diseños que para mujeres grandes en nenas que, además, están en edad de correr, saltar la soga, jugar a las escondidas o bajar en tobogán, y terminan chancleteando con la imagen de Barbie.
“Existe un máximo aceptable en la altura del taco en las niñas para que no interfiera sobre el desarrollo natural del eje de sostén que es la columna vertebral. Se puede y se deben hacer productos saludables que estén a la moda —aseguran en la empresa Toot—. La responsabilidad de quien produce calzados para chicos es alta, ya que el usuario no puede discernir si lo que compra tiene normas de salubridad o no.”
En Toot también describen algunos rasgos que deben contener los zapatos para nenas: “Los calzados deben ser flexibles, tener cotrafuertes que armen el zapato en la talonera para permitir que las nenas tengan el pie bien contenido y puedan parase firmemente. Las suelas deben ser adherentes. La forrería, el calce y la plantilla deben estar a la vista. Las suelas deben ser flexibles y livianas, la forrería debe contener materiales antimicóticos”. Lorenzo Pattori, de Taormina, calzado para niños y niñas, también resalta: “Lo más importante en el calzado infantil es la suela, que debe ser flexible y antideslizante para permitir un desplazamiento sin riesgos y el correcto movimiento del pie durante el juego. Como en las chicas el pie está en formación, el zapato debe estar bien armado y forrado para sostenerlo correctamente y, hasta los tres años, siempre deben tener talón”.
Otra advertencia, aunque estén de moda y parezcan cómodas, son las clones de hawaianas. Pattori recomienda: “Las chicas no deben usar ojotas como calzado diario, sólo deben ponérselas para la playa o pileta porque no les sostienen el pie. Tampoco es recomendable que usen zapatos ni sandalias con taco hasta, por lo menos, los 12 años”.
El problema es cuando el deber ser se cruza con lo que se usa ser. “Las nenas buscan, definitivamente, que sus zapatos se parezcan a los de su mamá —afirman en Toot—. El problema es que, muchas veces, las mamás con tal de conformar a sus hijas caen en la trampa de no poder discernir entre salud y coquetería.”
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