“Durante el invierno, los operarios de los 27 municipios de mayor riesgo ubicados en Orán, San Martín, Rivadavia, Anta, Güemes, Metán y R. de la Frontera visitaron más de 90 mil viviendas y 6 mil sitios baldíos donde promovieron las acciones de prevención y se abocaron a rociar con lavandina los recipientes secos donde se supone quedaron adheridos los huevos del mosquito. Desde octubre y hasta fines de diciembre, estas mismas viviendas recibirán dos visitas, durante las cuales se verificará la existencia de criaderos potenciales y se aplicará Spinosad (insecticida orgánico de muy baja toxicidad) sobre las plantas florales”, asegura Alberto Gentile, director de Coordinación Epidemiológica de gobierno de Salta.

Además, los niños salteños llevan de la escuela tarea para el hogar: “En Salta Capital y ciudades del Valle de Lerma 100 mil alumnos participaron de la ‘Semana Educativa contra el Dengue’ y recibieron información, para luego, como ‘deber para la casa’ inspeccionar el patio de su vivienda en compañía de su familia, debiendo embolsar los recipientes inservibles y dejar el patio ordenando. Para ello, cada alumno recibió una bolsa de consorcio y un tríptico de orientación porque ya tenemos comprobado que, cuanto menos, el 5 por ciento de las viviendas y baldíos están infectados por larvas de Aedes, los brotes de dengue, pueden ser rápidamente controlados”, dice el funcionario.

Aunque más allá de poner a los niños/as como ejército contra el dengue, repartir bolsas de basura y de las acciones de una sola provincia es probable que el dengue vuelva a ser una picadura molesta en las siestas de prevención antes de que estalle el verano.