Un empate que no sirve demasiado. Ese es el balance del empate que logró San Lorenzo ante Central, en un pobre partido que sólo quedará en el recuerdo por lo que significó la despedida de Gonzalo Rodríguez, que a partir de la próxima temporada jugará en el Villarreal, de España. Para el equipo de Néstor Gorosito quedó un sabor amargo, ya que en la tabla para ingresar a las copas perdió una posición con respecto a Banfield y ahora apenas supera por un punto a Quilmes. Si el conjunto recién ascendido lo pasa, lo obligará a disputar un repechaje para garantizarse un puesto en la Libertadores.
La idea original de San Lorenzo fue encontrar fútbol en la sociedad Romagnoli-Montillo. Sin embargo, la apuesta no entregó los dividendos esperados, por lo que la única variante posible para generar chances de peligro se limitó al juego aéreo. Por esa vía trató de inquietar a Central, que se mostró ordenado, pero sin potencia ni profundidad para aspirar a la victoria. En el segundo tiempo, San Lorenzo logró crear algunas situaciones de peligro a partir del ingreso de Roberto Cornejo por Walter Montillo, pero la buena labor del arquero Juan Ojeda se encargó de sostener el empate. Claro que esa mejoría no significó que San Lorenzo haya jugado un buen partido, ni mucho menos.
Los aplausos finales de los simpatizantes azulgranas para despedir al defensor Gonzalo Rodríguez se transformaron en el único instante de emoción que dejó la tarde en el Bajo Flores. “Me voy con la expectativa de romperme el lomo como lo hice acá y en todo lados. Allá está Manuel Pellegrini, hablé con él, pero tengo entendido que todo es distinto y que me va a costar jugar. Al hincha quiero decirle que, aunque vista otra camiseta, para mí los colores siempre serán el azulgrana. Los que llevo en el corazón, y ojalá pueda volver un día a este club que es espectacular y que me dio todo”, destacó el joven zaguero, que de inmediato viajará a España para someterse a la revisión médica y quedar a disposición el entrenador Manuel Pellegrini.