Por A.G.

El marco superó al cuadro. Y por mucho margen. Tribunas superpobladas de los dos bandos, aliento salido desde el alma, cargadas ingeniosas, papelitos, globos y mucho color. Los hinchas dejaron todo en el clásico y superaron por bastante distancia a lo que exhibieron los jugadores dentro del terreno de juego.
Hacía bastante tiempo que un clásico platense no despertaba tantas expectativas, con uno de los dos equipos prendido en la pelea por el título. El último antecedente era en el Apertura ‘98, cuando Gimnasia le peleaba el campeonato al Boca de Bianchi. En aquella ocasión, el entonces equipo de Carlos Griguol ganaba 2-0 al término del primer tiempo, pero luego Estudiantes terminó festejando el empate sobre la hora. Algo parecido había sucedido dos años antes, cuando la igualdad 1-1 en la última fecha le había impedido a Gimnasia quedarse con el Clausura ‘96, que terminó festejando Vélez.
Ayer, los roles estuvieron invertidos, ya que el aspirante al título era Estudiantes. Por eso, la hinchada local se preparó para vivir una fiesta inolvidable: ganar el clásico y afianzarse en la pelea por el Apertura. Sin embargo, la producción del equipo los dejó con las ganas de cantar el hit de los últimos partidos. El “de la mano/ del paso a paso/ todos la vuelta vamos a dar...” quedó archivado para mejor ocasión. Tan poco entregó el conjunto de Merlo que los hinchas sólo se entusiasmaron cuando la radio trajo noticias del Parque Independencia y el gol de Olimpo dejaba abierta la posibilidad de acceder a la punta. “Esta tarde/ cueste lo que cueste/ esta tarde tenemos que ganar...” fue el canto imperativo que bajó desde la tribuna pincha. Pero desde adentro tampoco hubo respuestas.
Sí respondieron los de Gimnasia. Además de mofarse por los tablones de la cancha, los simpatizantes visitantes tomaron irónicamente el grito de guerra rival –“Estudian... Estudian...”–, para marcar el silencio en el que estaban sumergidos los locales. Hasta que con el resultado puesto sacaron a relucir el clásico “Me parece que el Pincha/ no sale campeón...”, aunque tampoco se trató de un grito muy eufórico porque los hinchas de Gimnasia se quedaron con la sensación de que se podían haber llevado algo más que un empate.