Mientras Ricardo Lavolpe, técnico de la selección de México, acusó al árbitro italiano Roberto Rossetti de propiciar el pase a la final de la Selección Argentina para favorecer intereses económicos, José Pekerman defendió la actuación del soplapitos.
“Se sabía cómo iba a actuar el árbitro porque eso está más allá del fútbol y responde a intereses económicos. Tenía que haber expulsado a Coloccini porque le dio una patada alevosa a Morales, pero hay que llegar a ser una potencia para que te arbitren bien”, dijo Lavolpe. “México, en conjunto, fue mucho mejor”, subrayó.
“El mal arbitraje se nota por pequeñas cositas, en faltas que no se cobran o cobran en contra. Es un tipo de arbitraje que se produce contra selecciones del peso de la Argentina”, se quejó el delantero Jared Borgetti.
“Siempre creo en la buena fe de los árbitros, si no, no se podría seguir en este juego. Si uno no confía en eso, es muy difícil jugar”, dijo a su vez Pekerman. “No hicimos un gran partido, pero sí pusimos muchas cosas para ganar. Tuvimos ambición y estuvimos cerca. En el segundo tiempo siempre buscamos ganar, se atacó, se desperdiciaron oportunidades, pero no se perdió nunca la fe. Estoy muy satisfecho con la respuesta del equipo”, señaló el entrenador.
“Sabíamos que iba a ser un rival complicado y, realmente, así fue. El juego no depende sólo de lo que quisiésemos hacer nosotros sino también de lo que nos dejó hacer México”, indicó.
Pekerman es optimista de cara al partido contra Brasil. “Hubo una respuesta muy buena de todos, superando las dificultades. Pienso que nos recuperaremos y el equipo tiene argumentos para ganar, por lo que tenemos esperanzas de hacer un gran partido –indicó–. Sabíamos que si éramos segundos de grupo tendríamos un día menos de descanso en caso de alcanzar la final. Es algo que ya estaba planteado. Tenemos un equipo joven y vamos a poder recuperarnos para el partido contra Brasil”, dijo el técnico.