Boca despunta

Después de la caída contra San Lorenzo, después de que le cayeran críticas de punta al Coco Basile y de ahí para abajo a todo el plantel, Boca empezó a encontrar resultados que lo hicieron saltar hasta la cima: 2-1 ante Argentinos, 3-0 ante Gimnasia, 3-0 a los restos de Racing y 3-1 ayer ante Quilmes. En los primeros 5 partidos del campeonato había sacado 7 puntos; en los últimos 4 sacó 12. En un campeonato irregular, la punta cambia de manos todos los domingos. Habrá que ver si a Boca, que dentro de un par de semanas tendrá que jugar con River, le dura la racha.

Boca apunta

El Cata Díaz apunta mejor que nadie y hace fuego con un derechazo impresionante que clava la pelota contra el palo izquierdo del sorprendido Ramírez. Insúa también apuntó para darle con zurda y el arquero de Quilmes terminó escondido detrás de la barrera. Daniel Díaz, que también apunta para convertirse en ídolo, abrió un partido que Boca venía madurando con un juego más ofensivo y clavó el primero. Insúa también apuntó fenómeno en la jugada del segundo gol. Apuntó al primer palo y le dio al palo propiamente dicho. La carambola en la espalda del arquero le permitió al cuadro local ponerse 2 a 0.

Una punta de elogios

En gran parte del primer tiempo, Boca jugó fenómeno. Con Gago haciéndose eje, con Ibarra deslumbrando aun en jugadas de mucho compromiso, con Palacio abriendo a la defensa, con Bilos en su mejor nivel. Fueron quince, veinte minutos brillantes. Pero le faltó un poco de punch para liquidar con el tercer gol a un rival que se bamboleaba por la cancha sin saber muy bien de qué iba la cosa.

Quilmes repunta

Sin embargo, algún lujo de más despertó a Caneo y compañía, y sobre el final de la etapa Abbondanzieri salvó su arco ante un remate violentísimo de Serrizuela y la tuvo que ir a buscar adentro, después de un toque sutil de Carrario que puso el 2-1 y un poco de incertidumbre sobre lo que iba a ocurrir en el segundo tiempo.

Boca pone los pelos de punta

De aquel equipo sólido del primer tiempo, de aquel equipo que había inmovilizado al rival, de aquel equipo que parecía tener absolutamente todo controlado en la primera media hora, quedó poco en el segundo tiempo. Quilmes, sin brillar, apenas sostenido por la habilidad de Caneo y una mayor predisposición ofensiva, empezó a dividir la pelota y a acercarse seguido hasta Abbondanzieri. La reacción provocó una profunda inquietud reflejada claramente en el cantito que cayó espontáneamente desde la tribuna: “Movete Boca, movete/ movete, dejá de joder”. Loca estaba la hinchada boquense y no quería perder la ilusión de la punta. Visto todo con frialdad, queda claro que Díaz se las arreglaba solo para contener todos los embates del rival, pero como los ataques de Boca se diluían como nada, la impaciencia creció demasiado. Un error de Serrizuela le permitió a Insúa dejarlo solo a Palermo para terminar con el miedo, la angustia y los nervios. Partido liquidado.

El cierre fue con toque, olés, festejos. No hay ningún margen para dudas respecto de los merecimientos del equipo local y de la justicia en el marcador. Las dudas en todo caso surgen cuando llega la hora del balance y se descubre que el vestido de fiesta está manchado por el agua de las lagunas en las que se sumergió en algún momento.

BOCA-3 Abbondanzieri -6 Ibarra -6 Silvestre -6 D. Díaz -9 Krupoviesa -5 Ledesma -6 Gago -7 Insúa -7 Bilos -6 Palermo -5 Palacio -5 DT: Basile

QUILMES-1 Ramírez -7 Serrizuela -5 Pena -5 Desábato -6 Barzola -4 Medina -5 Pietravallo -5 E. García -5 Caneo -6 Choy González -5 Carrario -5 DT: Sosa

Estadio: Boca
Arbitro: Héctor Baldassi.
Goles: 16m, D. Díaz (B); 26m, Ramírez (Q), en contra; 45m, Carrario (Q); 80m, Palermo (B).
Cambios: 64m Torres por Medina (Q); 71m Delgado por Palacio (B); 84m Cardozo por Insúa (B); 87m Barinaga por Pietravallo (Q); 90m Vargas por Ledesma (B).