Lun 12.06.2006
libero

FúTBOL

HARTOS DEL MUNDIAL

› Por Sandra Russo

Esta sección debería tener matices, para serle más fiel a nuestros sentimientos. Por ejemplo, yo le pondría a la de hoy “Un poco hartos del Mundial”, porque no me es indiferente la algarabía colectiva y sí, sí, lo confieso: grité los dos goles contra Costa de Marfil, qué hay, esto tampoco es una religión, hay cosas que uno no puede evitar. Confieso, confieso: con la propaganda de CTI, ésa de los troncos que juegan pésimo, me emociono. Lo dije.

No es el fútbol en sí mismo lo insoportable. Porque apenas terminado el partido, de la mano de hinchas y enviados especiales, comenzó la pesadilla. ¡Todos, todos sin excepción, estaban en desacuerdo con los cambios! ¡Con Tevez hubiese sido muy distinto! ¡Con Messi era probable otro resultado! Si me fastidio yo, que no tengo nada que ver, Dios mío, lo que debe ser para Pekerman estar escuchando todo lo que debería haber hecho de boca de decenas de personas que repiten todas lo mismo...

Ese es el embrión del director técnico colectivo que a medida que avance el Mundial, si las cosas van bien, nos aturdirá hasta el cansancio, y si las cosas van mal, nos dejará sin tímpanos. Y qué decir de los relatores, por más calificados que sean. El doctor Bilardo seguirá sugiriendo tres veces por minuto que Abbondanzieri la toque en lugar de patearla lejos, y a esa sugerencia le seguirá el latiguillo: “Pero todos se dan vuelta. No la quieren recibir”. El huevo de la serpiente, amigos, ya está presto: nuestros presuntos héroes nacionales devendrán en cualunques cobardes en menos de lo que un gallo tarde en cantar. Habrá que seguir escuchando, entonces, las opiniones antojadizas que rellenan los minutos televisivos y que nos van llevando a una primera conclusión: qué manera de hablar del dope.

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