FúTBOL › RIVER VENCIO CON ESFUERZO Y SIN BRILLAR A QUILMES
Cuando los hinchas comenzaban a impacientarse, una volea de Higuaín los aplacó por un rato. Un golazo de Chatruc decretó el empate circunstancial, pero un cabezazo bombeado de Ferrari aseguró la victoria en un partido, en general, mal jugado.
› Por Facundo Martínez
Sin jugar bien y sufriendo el partido hasta el último minuto, River consiguió ayer una importante victoria sobre Quilmes, que le permite continuar prendido en el lote de los escoltas de Boca. Gonzalo Higuaín y Paulo Ferrari anotaron para los locales; José Chatruc lo hizo para la visita que, tras la derrota, se quedó sin DT, porque Mario Gómez decidió dar “un paso al costado”.
No fue un partido interesante: por momentos, fue un bodrio. Porque River no encontraba caminos claros para generar peligro y Quilmes hacía lo que podía: aguantaba la presión, trataba de salir jugando por los laterales y terminaba perdiendo fácilmente la pelota en los tres cuartos de cancha. En situaciones de gol, los dos conjuntos habían hecho más o menos lo mismo. Como les costaba entrar, apostaban a los remates desde afuera, algunos peligrosos, la mayoría tratables para los arqueros.
River apenas insinuaba ser más que la visita. Llegaba un poco más, pero fallaba igual que Quilmes en la zona de definición. Y, con el correr de los minutos, el equipo de Passarella perdía algo de fuerza en el mediocampo, donde parecía extrañar a su enganche. Belluschi, que debía cumplir esa función, arrancaba muy atrás y obligaba a Ortega a retrasarse para buscar la pelota, lo que le quitaba poder ofensivo al equipo.
Los hinchas locales notaron enseguida que el asunto estaba a mal traer y comenzaron a pedirles a los jugadores un poco más de actitud para buscar la victoria. Recién ahí se soltó un poco Belluschi y River fue más ofensivo. Pero el tiempo transcurrido le permitió a Quilmes acomodarse en la cancha y aprovechar bien cada chance de contraataque.
Cuando casi terminaba la primera parte, tras un despeje de Mareque que tomó Ortega para sacar un buen centro, Higuaín abrió la cuenta con un derechazo certero. El gol le permitió olvidar las dos chances claras que había desperdiciado: la primera con un remate recto que se le fue a un costado; la otra, con un remate sobre el cuerpo del arquero.
El ingreso de Gallardo en el complemento no hizo sino confirmar que River necesitaba más para asegurarse el triunfo. Sin embargo, Quilmes parecía dispuesto a mejorar y así lo hizo. Rusculleda y Chatruc confirmaron lo que habían insinuado en la primera parte y empujaron a sus compañeros hacia el arco de Carrizo. La expulsión de Zapata, por protestar un fallo de Pezzotta, les simplificó las cosas a los bonaerenses.
Luego de una excelente jugada de Chatruc, que él mismo definió con maestría, Quilmes emparejó el marcador. El festejo, que incluyó el “baile de la gallinita”, entre otras cosas, despertó euforia entre los suyos y mucha bronca también entre los locales (ver aparte).
River sufría su escasez, pero no parecía dispuesto a entregar puntos. Respiró cuando Pezzotta echó a Bordón y quedaron diez contra diez, y sonrió bien cuando Ferrari, conectando un centro de Higuaín, la figura, puso el 2-1, que fue definitivo pese a las dos chances claras que tuvo Quilmes para volver a empatarlo.
Estadio: River.
Arbitro: Sergio Pezzotta.
Goles: 41m, Higuaín (R); 62m, Chatruc (Q); 74m, Ferrari (R).
Cambios: 8m, Juárez (5) por Moreyra (Q); 45m, Gallardo (5) por Mareque (R) y Giménez (5) por Coyette (Q); 61m, Pereira por Barrionuevo (Q); 66m, Falcao García por Ortega (R); 88m, Sambueza por Higuaín (R).
Incidencias: 57m, expulsado Zapata (R); 70m, expulsado Bordón (Q).
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