El equipo mezcla de titulares habituales y suplentes de lujo de Boca le ganó con lo justo, sufriendo hasta el último minuto, al rejuntado, mezcla de jóvenes y veteranos de Quilmes, y no se baja de la pelea por el título, aunque su cabeza está puesta en otra cosa. Russo guardó en el freezer a Ibarra, Palermo, Riquelme y Morel Rodríguez, y metió en el banco a Banega, pero no puede hablarse de equipo muletto porque estaban Caranta, Ledesma, Palacio, además de Marioni, Battaglia, Silvestre y Orteman, que serían titulares indiscutibles en muchos cuadros chicos. En Quilmes, por ejemplo, que tiene un pie y medio en la B y que ayer puso el alma para prolongar la agonía. No le alcanzó para empatar, pero sí para llevarse el aplauso de la gente.

Si Boca piensa en Libertad, Quilmes piensa en que ya está prácticamente condenado y por eso Fanesi dispuso un esquema agresivo, con tres en el fondo y muchos volantes, y un mensaje de ir al frente con todo para sorprender al rival. En los primeros minutos, a Boca le costó entrar en escena y sufrió algunas peligrosas aproximaciones de Luna, Torres y Batalla. Pero en la medida en que se afirmaba Ledesma, y Palacio ponía la quinta velocidad, las cosas se les empezaron a simplificar a los visitantes.

Uno a cero a los 25 minutos. Ledesma peleó una pelota por la derecha, se la puso en profundidad a Marioni, que la picó como venía con mucha clase, por sobre la cabeza de Grosso. La pelota dio en el travesaño y el rebote lo tomó Dátolo, que no quiso saber nada de sutilezas y metió el fierrazo cruzado.

Dos a cero a los 30 minutos. Palacio arrancó por la izquierda, se llevó a la rastra a González Bordón y, cuando consiguió un poco de luz, sacó el zurdazo bajo, al primer palo, ahí donde estaba Grosso, que tuvo poca reacción.

Casi 3 a 0 a los 35 minutos. Palacio llegó muy libre y sacó un zurdazo cruzado que se fue junto a un poste.

Poca defensa la de Quilmes para un Palacio que parecía inspirado, dispuesto a mejorar sus flojas actuaciones en los últimos partidos. Boca lo pudo liquidar en esa primera etapa, pero casi sobre el epílogo Saavedra metió la pelota en el área, Torres levantó la pierna para desviar la trayectoria de la pelota y lo logró, porque Caranta quedó a mitad de camino y el balón se metió de emboquillada. Con el 2-1, el partido quedó abierto para el segundo tiempo y se esfumó aquella sensación de que estaba todo dicho.

El período final tuvo un desarrollo bastante previsible: atacó mucho Quilmes, contraatacó bastante Boca. El cuadro local manejó la pelota, bastante bien en el medio por la precisión de Medina y Batalla, y con menos peso arriba, cuando se empezaban a achicar los espacios en el camino hacia el arco. El equipo visitante trató de darle salida rápida al balón con pelotazos para los rápidos y peligrosos delanteros, y por esa vía tuvo algunas posibilidades concretas. La más clara fue una en la que Palacio le pegó apenas desviado.

Por insistencia, Quilmes también tuvo lo suyo, pero se encontró con Caranta, que esta vez no cometió errores, y también chocó contra su propia falta de puntería. La entrada de Banega por Battaglia le dio un poco más de consistencia al desbordado medio juego de Boca, aunque Quilmes casi alcanza el empate en la penúltima jugada del partido. Torres recibió de Batalla, quedó muy solo en el área, calculó, midió y le dio desviado. Pudo ser el 2 a 2 que no le hubiera quedado tan mal al partido. Al final hubo aplausos para todos; para unos porque siguen en la pelea; para otros porque se van a la B con la frente alta.

Estadio: Quilmes.

Arbitro: Juan Pablo Pompei.

Goles: 25m Dátolo (B), 30m Palacio (B), 45m Torres (Q).

Cambios: 35m Palos por Grosso (Q); 74m Banega por Battaglia (B) y Rusculleda por Saavedra (Q), 79m Boselli por Marioni (B) y Bustos Montoya por Luna (Q), 87m Marino por Dátolo (B).