“Ya está.” Con sólo esas dos palabras, el presidente de San Lorenzo, Rafael Savino, sintetizó su alivio y su satisfacción. No era para menos, después de varias semanas de idas y de vueltas, de viajes y de polémicas entre representantes, técnicos y dirigentes, San Lorenzo selló la incorporación de Andrés D’Alessandro, la figura que tanto deseaba. Así le ganó una nueva pulseada a River, alegró a Ramón y a su gente, y comienza a ilusionarse con ganar la Copa Libertadores en el año de su centenario. Un grupo inversor ligado al empresario televisivo Marcelo Tinelli comprará el 50 por ciento del enganche en 3,5 millones de euros y lo cederá por un año a San Lorenzo.

Parece prehistórico, pero hace no mucho tiempo la compra de un futbolista requería de escasos actores. Lo más normal era, entonces, que los presidentes de las instituciones en cuestión acordaran cifras y definieran junto con el jugador los términos del vínculo. Hoy la cosa se alteró bastante. Más en un mercado como el argentino en el que sin ayuda de agentes externos sería imposible repatriar a glorias que intentan triunfar en el Viejo Continente.

El caso de Andrés D’Alessandro es un claro ejemplo. En las últimas semanas todo se convirtió en una novela y a los clubes interesados en la transferencia –Zaragoza y San Lorenzo– se le sumaron varios extras: Gustavo Mascardi, representante del jugador; Marcelo Tinelli, hincha y hombre más que influyente en el presente del equipo argentino; Ramón Díaz, técnico de peso propio y con pretensiones bien altas; y River, que con su presidente, José María Aguilar, como portavoz, coqueteó en la negociación y en algún momento pareció que se podía quedar con el jugador en los últimos días.

Lo concreto es que ayer, tras un segundo encuentro entre los dirigentes del Zaragoza –el presidente del club, Eduardo Bandrés, y el principal accionista, Agapito Iglesias– y la delegación sanlorencista –Rafael Savino e integrantes del grupo inversor–, D’Alessandro se convirtió en el gran refuerzo de 2008 y en otro ex futbolista de River que jugará en el equipo de Ramón (ver aparte).

El enganche regresará al fútbol argentino después de cuatro temporadas y media en el fútbol europeo: en 2003 partió desde Núñez rumbo al Wolfsburgo de Alemania. Allí cumplió una buena tarea, pero por conflictos económicos en el club tuvo un paso por el Portsmouth de Inglaterra, donde logró evitar el descenso. Finalmente, en julio de 2006 recaló en Zaragoza, equipo en el que en los últimos tiempos no era muy tenido en cuenta por el entrenador Javier Irureta.

“Por fin se concretó todo. Estoy muy contento”, alcanzó a decir D’Alessandro, quien ayer estuvo en el banco de suplentes en el partido de Zaragoza ante Athletic Bilbao, por la Liga española. La llegada del jugador está prevista para el miércoles y, un día más tarde, se haría la presentación formal en el Nuevo Gasómetro. Desde algunos sectores de San Lorenzo especulan con poder contar con el jugador para el debut en el Clausura el viernes ante Newell’s en el Nuevo Gasómetro, aunque seguramente recién debutaría en la segunda jornada ante San Martín de San Juan, cuando Ramón exhiba, exultante, su sonrisa pícara por una nueva victoria.