A los 20 minutos del primer tiempo, a los 15 del segundo y al final del partido, los hinchas de Huracán cantaron, espontáneamente en todos los casos, el hit de los últimos tiempos en Parque Patricios y zonas de influencia: “Que de la mano/ de Angel Cappa...”. El cantito, que puede entenderse como la expresión de una legítima ilusión es, por sobre todas las cosas, un reconocimiento al modo de interpretar el fútbol de los jugadores y de su entrenador. Y es en sí –visto desde afuera– un canto al fútbol.

Frente a Godoy Cruz, Huracán demostró una vez más que un fútbol mejor es posible, que se puede jugar por abajo, que tocando se abren los espacios, que corriendo inteligente y generosamente se le ofrecen alternativas al que lleva la pelota, que el taco es un recurso que sorprende y desarma rivales, que en las paredes –que muchos tenían olvidadas– Bolatti y compañía dibujan escenas de una impactante belleza.

“Yo, si quiero espectáculo, voy al cine o al teatro”, suelen decir los amantes del resultado, que por otra parte van bastante poco al cine y al teatro, porque se aburren. Muchísima gente fue ayer a Parque Patricios a ver ganar a Huracán naturalmente, pero también a disfrutar de un espectáculo. Con Huracán se gritan los goles y se aplauden las jugadas, las salidas prolijas de Bolatti, los encuentros de González, Pastore y De Federico, los pases encadenados, tiqui, tiqui, una, dos, treinta veces hasta que aparece el hueco y llega la posibilidad de gol. Y cuando se recupera la pelota otra vez tiqui, tiqui, a veces para atrás, siempre pensando en el arco de los otros como objetivo central.

En una hora y media de juego, Huracán no tiró más de cuatro o cinco pelotazos; y como Godoy Cruz tampoco tira pelotazos, no pega, no se cuelga del travesaño, juega por abajo y tiene como estandartes a Figueroa, Caruso y Leiva, salió un partido lindo, entretenido. Un espectáculo, mal que les pese a los amantes de las chapas con los marcadores.

Huracán ganó 3 a 2: un resultado que puede distorsionar lo ocurrido en la cancha. El equipo de Cappa mereció ganar por una diferencia mucho mayor, no soportó demasiados aprietos (el segundo gol de Godoy Cruz se produjo sobre la hora) y fue técnicamente superior en casi todo el desarrollo del juego.

Se habla mucho de la falta de contundencia de los de Patricios. ¿Falta de contundencia del equipo que convirtió más goles (22) que ningún otro en el torneo? Ocurre que Pastore, Nieto, De Federico y González concretan poco en relación con lo mucho que generan. Ayer fallaron varias veces en el último toque o se chocaron con el arquero Ibáñez, quien anduvo muy bien a pesar de los tres goles.

Con la misma liviandad con que se habla de falta de contundencia se dice que Huracán no tiene trabajo defensivo. Una falacia. Le llegan mucho porque propone, va al frente, arriesga y los contrarios también juegan. Godoy Cruz, por ejemplo, buscó siempre y encontró dos goles, uno al comienzo y otro al final, pero nunca amenazó con la goleada, como sí lo hizo el rival. Para el cierre, un detalle y un dato. El detalle: Pastore cancherea demasiado, a veces hace algún lujo innecesario, fuera de contexto, que irrita los rivales y a los propios hinchas. Es un detalle menor que empaña un poquito todo el talento que es capaz de desplegar en la cancha. El dato: Huracán terminó el campeonato anterior con 22 puntos, la misma cantidad que tiene ahora. Y faltan 7 fechas. Y no piensan en la Promoción, ni en el descenso, ni en nada de eso. ¡Cómo no van a cantar aquello de “la mano de Cappa”!

Estadio: Huracán.

Arbitro: Carlos Maglio.

Goles: 9m, Borghello (GC); 16m, Goltz (H); 17m, Nieto (H); 55m, De Federico (H); 90m, Jiménez (GC).

Cambios: 71m, Jiménez por Borghello (GC); 80m, A. Sánchez por C. González (H); 85m, Aguirre por Figueroa (GC); 89m, Medina (H) por Nieto.

Incidencia: 51m, expulsado Encina (GC).