Vilipendiada hasta no hace mucho, la selección de Brasil ganó la Copa Confederaciones con autoridad, pese a que derrotó con apuros ayer en la final de Johannesburgo a Estados Unidos por 3-2, venciendo en todos sus encuentros, mientras que España, gran favorita, tuvo que conformarse con el tercer puesto.

Tanto Brasil como España llegaban al torneo con mucha moral. Los brasileños, tras ganar sus dos últimos partidos de las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010 y de alcanzar la punta del certamen sudamericano; y España, también virtualmente clasificada, y cerca de los records de victorias consecutivas y de partidos invicto.

Todo el mundo futbolístico soñaba con una final España-Brasil, las dos mejores selecciones del momento. Pero en el medio se metió Estados Unidos, la gran sorpresa del torneo, que derrotó a la Furia 2-0 en semifinales y puso en aprietos a Brasil en la final, ya que los norteamericanos ganaban al cabo de la primera parte por 2-0 (con goles de Dempsey y Donovan), para acabar perdiendo en el complemento por 3-2, tras dos tantos de Luis Fabiano y uno de Lucio.

Tanto Brasil como España cumplieron su papel ganando sus tres partidos de la primera fase, que a España le permitieron batir el record de victorias consecutivas (15) e igualar a Brasil en el número de partidos invicto (35). Pero el equipo de Vicente del Bosque, tal vez demasiado confiado, se dejó sorprender en semifinales por Estados Unidos y el sueño de “la madre de todas las finales” entre España y Brasil no se pudo dar.

De este modo, Brasil, que no perdonó a Sudáfrica en semifinales (1-0), ganó la final a Estados Unidos e hizo valer la historia, colocándose como el equipo con más títulos de la Copa Confederaciones, al haber ganado tres (1997, 2005 y 2009) y revalidando el trofeo conquistado en Alemania hace cuatro años.

España, por su parte, afirma haber aprendido bien la lección para no confiarse demasiado ante rivales de menor entidad durante el próximo Mundial e intentará buscar fórmulas para desarmar a equipos que le meten presión y optan por echarse atrás como Irak y Estados Unidos, que le complicaron las cosas.

La gran decepción de la Copa Confederaciones fue Italia, eliminada en la primera fase, con la base del equipo que ganó el Mundial de Alemania 2006, en su mayoría mayores de 30 años y que parece necesitar un relevo. Con excepción del delantero Giuseppe Rossi, la nueva estrella de 22 años del equipo, el resto de los jugadores decepcionó.

Sudáfrica cumplió, pero se mostró demasiado ingenuo e inoperante en la delantera, y mucho debe trabajar si quiere hacer un buen papel en su suelo.

Los grandes triunfadores de esta Copa Confederaciones a nivel individual fueron Kaká –que mostró un gran nivel a lo largo del torneo– y Ramires, el mediocampista del Cruzeiro que acaba de fichar el Benfica, que ha sido la gran revelación del torneo.

También brilló Luis Fabiano, máximo goleador con cinco tantos, que después de muchas vacilaciones parece haberse ganado el puesto de centrodelantero en un equipo que suma ya ocho triunfos consecutivos y 16 partidos invicto.

El resto de los jugadores brasileños respondió, con un arquero Julio César muy seguro, con Lucio en su papel de líder y Dani Alves cada vez más cerca de hacerse una estrella dentro del equipo.

En España, Xavi Hernández –cansado y con una larga temporada en el Barcelona, en la que ganó tres títulos– no pudo lucir como está acostumbrado, aunque no contó en el mediocampo con Andrés Iniesta y Marcos Senna, lesionados, quienes no viajaron a Sudáfrica, y David Silva, rengueante, que jugó poco.